
El primer ministro portugués, António Costa, ha dimitido tras ser investigado por corrupción en la adjudicación de proyectos de litio e hidrógeno. Tras ocupar el cargo desde 2015, el escándalo por dos minas de litio al norte del país, muy cerca de la frontera con Galicia, y por un proyecto de hidrógeno verde en Sines, al suroeste, ha acabado con el Gobierno luso.
Costa ha renunciado a su cargo después de que la Fiscalía anunciara la investigación, que apunta al ya exprimer ministro por haber cometido delitos de prevaricación, tráfico de influencias y corrupción activa, según el comunicado emitido este martes por el organismo. Además, la trama ha provocado la detención del jefe de gabinete del primer ministro, Vítor Escária, y la imputación de los ministros de Transición Ecológica e Infraestructuras, Duarto Cordeiro y João Galamba, respectivamente.
Por un lado, el foco está puesto en el conocido como "oro blanco", el litio, y los permisos que se han concedido de exploración y explotación en el país, supuestamente, favoreciendo ilegalmente a compañías nacionales. Asimismo, se investiga un proyecto de hidrógeno verde en Sines.
Una de las minas en cuestión es la mina do Romano, en la localidad de Montalegre, al norte de Portugal y en la frontera con Orense. Lusorecursos es la compañía concesionaria que ha ganado el proyecto. La Agencia Portuguesa del Medio Ambiente (APA) dio el visto bueno para poder explotar este enclave hace justo dos meses, pero con condiciones para preservar el entorno.
Lusorecursos ya ha certificado la riqueza de la zona y calcula que los recursos totales oscilan entre los 15 y los 30 millones de toneladas de reservas mineras con una concentración del 1% de óxido de litio. Además de la extracción, la compañía incluye en el proyecto el levantamiento de una planta de transformación química e hidrometalúrgica, según los detalles del mismo.
Otra de las minas en cuestión es la mina do Barroso de la firma británica Savannah. La compañía fue adquiriendo participaciones en este proyecto y en 2019 se hizo con el control total del mismo, como consta en los detalles. La autoridad portuguesa le concedió un último permiso en mayo para ampliar sus planes de explotación inciales. En este caso, hay una polémica medioambiental en torno a la mina, ya que este entorno fue declarado como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial por la ONU.
En todo caso, Savannah plantea extraer 27 millones de toneladas de roca y litio suficiente para fabricar medio millón de baterías para coches eléctricos al año. La exploración ha sido favorable y la empresa ya ha constatado la presencia de la materia prima.
Por otra parte, Costa ha caído por un proyecto de hidrógeno verde en Sines, al suroeste del país. Se llama Green H2 Atlantic y detrás del mismo está un consorcio de 13 compañías, entre ellas EDP, Galp o Engie. Consiste en la reconversión de una planta de carbón en una de hidrógeno verde, contará con un electrolizador de 100 megavatios (MW) y producirá 10.000 toneladas del combustible, según se detalla en los planes del desarollo. El proyecto ha recibido fondos europeos.
Portugal es el séptimo productor de litio del mundo, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), aunque apenas representa menos del 1% de la producción global total. Australia y Chile están entre los países más relevantes en este mercado. Los tres proyectos mencionados, asociados ahora a la dimisión de Costa, están en fase de desarrollo en Portugal.