Repsol y la petrolera china Sinopec firman la paz. La compañía española ha sellado hoy un acuerdo valorado en 2.100 millones de euros que le permitirá cerrar la disputa arbitral que mantenían abierta desde 2015 tras la compra de la canadiense Talismán y reforzar, a su vez, su capacidad de producción, tal y como ha comunicado la compañía a la CNMV. El coste total para la española será de 1.100 millones ya que la compañía que ahora adquiere tenía una caja de 1.000 millones.
Según el acuerdo alcanzado entre ambas, Repsol se quedará con el 49% que Sinopec tenía en RSUK, donde ya controlaba el 51% del capital. De este modo, la petrolera que dirige Josu Jon Imaz logra cerrar otra de las grandes batallas legales que mantenía y, a su vez, refuerza la capacidad de producción de gas.
RSRUK con base en Aberdeen cuenta con 11 instalaciones de producción de crudo en el mar conectadas a 48 campos en el Mar del Norte, 38 de ellos operados. Además, controla dos terminales en tierra. Su producción actual es de aproximadamente 40.000 barriles equivalentes de petróleo/día, de la cual el 40% es gas.
La compra de estos activos permite a Repsol crecer en el Reino Unido y avanzar en su estrategia de Upstream, centrada en consolidación y crecimiento de su cartera de producción en países OCDE.
Al contar con la totalidad de la sociedad, Repsol podrá acelerar la creación de valor en estos activos, al permitir una mayor eficiencia en la toma de decisiones, mayores sinergias con otras áreas y el desarrollo de proyectos tanto de producción como de descarbonización y transición energética, un eje clave de futuro de la compañía y la unidad de Exploración y Producción.
Adicionalmente, RSRUK cuenta con proyectos para el desarrollo de nueva producción en Claymore, Piper, Shaw y Montrose. Esta producción de petróleo y gas permite abastecer a la Unión Europea, cuyo déficit de hidrocarburos se ha visto agravado por la guerra de Ucrania.
Además, RSUK desarrolla uno de los primeros proyectos de hidrógeno verde en Reino Unido en la terminal de Flotta (Escocia), las instalaciones e infraestructura de esta compañía presentan unas condiciones atractivas para el desarrollo de proyectos de almacenamiento de C02 en línea con el impulso que el gobierno del Reino Unido pretende dar a esta actividad para convertir al país en un líder tecnológico en este espacio. Además, la compañía estudia el uso de sus instalaciones marítimas para desarrollar proyectos de electrificación de plataformas productoras propias y de terceros, lo que contribuirá a la reducción de la huella de carbono en las actividades de producción de hidrocarburos.
Por otro lado, Repsol dará carpetazo también a la reclamación que impuso la compañía china en julio de 2015 en la que reclamaba una indemnización de 5.500 millones de dólares por los daños que presuntamente le generó la compra de Talisman por parte de la española. Dos años después, la petrolera española presentó una contrademanda arbitral para exigirle a la china una compensación por cualquier daño que pudiera sufrir como consecuencia de este arbitraje.
Tal y como adelantó elEconomista.es, el Tribunal al que había presentado su reclamación de daños desestimó la reclamación y dejaba a la petrolera española al albur de la solución final del arbitraje.
Según Repsol, esta decisión no tiene impacto en la valoración de riesgo ni en la provisión contable del arbitraje Addax, que se mantuvo estable durante 2022 en los 779 millones de euros.
El 15 de agosto de 2017 el Tribunal arbitral emitió un Primer Laudo Parcial desestimando las reclamaciones de Addax y Sinopec basadas en las garantías contractuales. Asimismo, se optó por la bifurcación del procedimiento en dos fases: en la primera se resolvería sobre responsabilidad y en la segunda se decidiría la cuantía de las responsabilidades que, en su caso, se hubieran determinado.
Las cinco principales cuestiones en disputa eran Reservas, Producción, Abandono, Proyectos y Mantenimiento y la petrolera había logrado que le diesen la razón en la mayor parte de estas reclamaciones. Por contra, el pasado 31 de enero, la corte de arbitraje de Singapur dictó sentencia desestimando los recursos de anulación interpuestos contra el Segundo Laudo Parcial y el Tercer Laudo Parcial por parte de Repsol.
Tras el Tercer Laudo Parcial, el proceso arbitral se preveía que continuará en su fase de cuantificación, cuya decisión se esperaba para finales de este año. De este modo, el arbitraje que fue considerado en un primer momento como de escaso riesgo por parte de la petrolera se complicaba en la recta final del mismo y con esta medida queda ahora cerrado completamente.
Repsol cerró también el histórico juicio por los daños ambientales de Maxus, uno de los más largos de su historia. La compañía, junto con la argentina YPF, alcanzaron en abril un acuerdo de conciliación con el Fideicomiso de la Liquidación de la compañía por la que han abonado un total de 575 millones de dólares para cerrar un caso de contaminación de aguas que la compañía argentina y española vienen arrastrando desde 1995 y 1999, respectivamente.
El pasado 6 de abril de 2023, las partes implicadas firmaron un acuerdo en el que se establece el cierre de todas las reclamaciones a cambio del pago de estos 575 millones, sujeto a la consecución de ciertas condiciones, incluyendo las aprobaciones judiciales y otros eventos procesales. De este modo, ambas partes tendrán que hacer frente a un desembolso de 287,5 millones más los intereses que se produzcan desde el 1 de mayo de 2023 hasta el cierre definitivo que se espera que ocurra durante el segundo semestre de 2023.