Energía

Así es la desalinizadora sostenible que busca revolucionar el sector utilizando la fuerza de las olas

  • Ocean Oasis va a poner a prueba esta planta flotante en Canarias
  • El agua dulce se convertirá en un bien aún más escaso
Gaia, la desalinizadora flotante de Ocean Oasis. Foto: Twitter

En la actualidad, casi 1.500 millones de personas viven en zonas de alta o muy alta vulnerabilidad al agua. Es decir, este recurso no alcanza la cantidad y calidad necesarias. En el futuro, esta situación se agravará todavía más debido al cambio climático. En este escenario, la desalinización jugará un papel crucial, llegando a abastecer a más de 600.000 millones de personas. El problema es que se trata de un proceso que consume una gran cantidad de energía. A esto pretende dar solución Ocean Oasis, una compañía noruega que ha desarrollado una tecnología que permite aprovechar la fuerza de las olas en alta mar.

Fundada en 2020, esta empresa está a punto de probar un prototipo de su "planta desalinizadora flotante" en la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN), ubicada en Las Palmas. Bautizada como Gaia, es una estructura de 10 metros de altura, 7 de diámetro y un peso de 100 toneladas, que se alimenta de la fuerza del mar y realiza un proceso de desalinización por ósmosis inversa. El agua potable resultante se transporta a través de tuberías dispuestas a lo largo del lecho marino y una flota de equipos se encarga de distribuirla a los habitantes de la costa. Todo ello a un coste, como mínimo, igual al de cualquier otra solución, siempre que el entorno de las olas sea adecuado, detalla la página web de Ocean Oasis.

La ubicación no es casualidad: la supervivencia de las Islas Canarias depende del agua desalada, pero este proceso representa entre el 15% y el 20% de su consumo energético. De funcionar, la tecnología de Ocean Oasis permitirá al Cabildo de Gran Canaria avanzar en sus planes para reducir su uso de energía en un 40%, así como "dar un salto importante" de cara a los objetivos de descarbonización marcados para 2030 y 2040, asegura la directora general de Energía del Gobierno del archipiélago, Rosana Melián.

El proyecto ha contado con el apoyo financiero del Innovation Norway -el instrumento más importante del Gobierno de Noruega para la innovación y el desarrollo de las empresas y la industria noruegas-, el Norwegian Research Council y el European Innovation Council Accelerator EIC -en forma de 2,5 millones de euros-, así como de la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria y el ICEX a través de su programa Invest in Spain cofinanciado con fondos FEDER. También ha recibido financiación privada, principalmente por parte de Grieg Maritime Group, centrada en crear soluciones marítimas.

Si las pruebas tienen éxito, Ocean Oasis tiene previsto construir una segunda instalación, un prototipo que "se ampliará con la capacidad para producir agua para el consumo" y se conectará al sistema de distribución de agua para ayudar a afrontar el estrés hídrico de forma sostenible, detalla en un comunicado de prensa. Asimismo, planea recaudar más capital privado durante el próximo año para seguir creciendo. Según sus cálculos, su tecnología es aplicable a aproximadamente el 25% de las costas del mundo, entre ellas Sudáfrica, Marruecos, Chile y Australia.

Aún así, la energía marina todavía no es comparable con otras energías renovables. En 2021, se instalaron en Europa solo 2,2 megavatios de capacidad de corriente mareomotriz, frente a los 17,4 gigavatios de la energía eólica, según los datos publicados por Ocean Energy Europe y WindEurope. En cuanto a la energía de las olas, se instalaron 681 kilovatios.

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