Bruselas
El reclamo se venía haciendo más fuerte a medida que se adentraba la temporada de frío. Hasta 15 Estados miembro pedían a Bruselas una medida para limitar el precio del gas en el mercado europeo. La propuesta de la Comisión Europea se terminó de concretar ayer, con unas condiciones que dejaron un regusto amargo entre los países de la UE por su efecto placebo. Un rechazo que se extiende entre los Estados miembro entre los que se encuentra España.
De hecho, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha avisado este miércoles a Bruselas de un posible rechazo de los países de la UE a las propuestas del Ejecutivo comunitario si no retira su proposición de aplicar un tope al gas sólo cuando supere los 275 euros/MWh durante dos semanas en el mercado de referencia europeo, el TTF holandés.
"Hay estados miembros que van a decir: 'O se hace una propuesta seria o dejamos de respaldar las propuestas de la Comisión en otros temas que puedan resultar importantes para ella'", ha expuesto la vicepresidenta tercera, y ha tildado de "tomadura de pelo" el planteamiento presentado ayer por la Comisión Europea.
Lo que se ha criticado es que las condiciones para que el mecanismo de tope del gas entre en funcionamiento sean tan inalcanzables. Y es que el mecanismo establece un techo de 275 euros/MWh al precio del gas en el mercado de derivados del TTF, el índice de referencia gasístico europeo, del mes siguiente, con la condición de que la diferencia entre los precios del mercado comunitario y del mercado global del gas natural licuado iguale o supere los 58 euros durante diez días consecutivos.
Y es que tales requisitos no se llegaron a cumplir ni siquiera el pasado agosto, cuando la competencia creada por los Estados miembro para rellenar las reservas de gas en el subsuelo disparó los precios en el mercado europeo por encima de los 350 euros/MWh. Incluso en este momento, no se superó el techo de 275 euros/MWh durante más de una semana.
La propuesta, que también ha sido rechazada también por otros Estados miembro como Grecia, contempla precios "desorbitados", ha señalado Ribera, que cree que impulsará los precios al alza y podría poner en riesgo las políticas de contención de precios.
Tras conocerse la propuesta, la vicepresidenta tercera, señaló que el Gobierno se opondrá "con contundencia", "con rotundidad" al planteamiento del Ejecutivo comunitario. "Nos parece que para esa referencia es mejor no hacer absolutamente nada", zanjó.
La titular de Transición Ecológica reprochó que el mecanismo no se ajusta a las demandas de los países de la UE. Así juzgó que "es manifiestamente rechazable por todos lados" y argumentó que "ni el modo en el que se ha presentado el diseño de esa medida, ni el precio tope, ni la aplicación de las dos condiciones simultáneamente nos parece que resuelva nada".
Lo cierto es que el mero hecho de plantear o no tal medida ha sido suscitado debate y divisiones entre los países de la UE, especialmente por la oposición que han manifestado Alemania y Países Bajos, que llevan meses alertando del riesgo que tal medida implicaría para el suministro de gas a la UE o de la potencial deriva al alza de la demanda de gas en la UE. Del lado contrario, 15 Estados miembros entre los que se encuentran España o Francia abogan por establecer un límite al precio gas en el mercado comunitario.
