La Guardia Costera sueca ha descubierto este jueves una nueva fuga de gas en uno de los gasoductos Nord Stream que cruzan el mar báltico, tal y como ha dado a conocer la prensa del país nórdico. Este escape, correspondiente al Nord Stream 2, se encuentra muy próximo al "agujero de burbujas" de casi un kilómetro de diámetro que ha creado el gas que escapa de la primera avería detectada a principios de esta semana.
La unidad de inteligencia de la Policía (SÄPO) de Suecia se encuentra por el momento a cargo de la investigación de las fugas de gas y no ha descartado la posibilidad de que "una potencia extranjera esté detrás" del supuesto sabotaje.
Ninguno de los dos gasoductos se encontraba bombeando gas cuando se produjeron los hallazgos. El Nord Stream 1, que llevaba en funcionamiento desde el año 2011, dejo de suministrar gas a principios de septiembre en forma de represalia por parte del Kremlin a las sanciones impuestas por la Unión Europea tras la invasión rusa de Ucrania. Por su parte, el Nord Stream 2, que transcurre en paralelo entre la cosa rusa y la alemana, nunca llegó a ponerse en marcha ya que el Gobierno alemán tuvo que paralizar su certificación.
Sin embargo, los gasoductos se encontraban llenos con el fin de mantener una presión constante. Según fuentes cercanas a la Guardia Costera sueca, al menos dos explosiones, recogidas por sismógrafos cercanos a la zona, parecen ser el origen de la rotura de las tuberías. La primera fuga se detectó el lunes, otras dos el martes y este jueves la cuarta, aunque según el diario Svenska Dagbladet, esta última la descubrieron también a principios de semana.
Los escapes se encuentran en aguas territoriales de Suecia y de Dinamarca, y ambos países creen que se trata de ataques intencionados. La UE y la OTAN comparten la misma opinión, aunque por el momento no han apuntado hacia un presunto culpable.
