Cepsa abunda en su estrategia de reducir su deuda bruta y mejorar sus ratios de apalancamiento. Para ello, la petrolera española ha lanzado una recompra de bonos por hasta 100 millones de euros. En concreto, el grupo que dirige Maarten Wetselaar ha realizado una oferta a los tenedores de la emisión de bonos que colocó en vence en febrero de 2028 y cuyo importe total alcanza los 500 millones de euros.
De este modo, la compañía continúa optimizando su solidez financiera, toda vez que al cierre del primer semestre de 2022 contaba con una posición de liquidez de 3.909 millones de euros, cubriendo con ello 4,2 años de vencimientos futuros de deuda.
Cepsa ejecutó entre 2019 y 2020 tres emisiones de bonos en la Bolsa de Irlanda por un total de 1.500 millones de euros (500 millones de cada una) con vencimientos entre 2026 y 2028 y contaron con la calificación de grado de inversión por parte de Moody's, S&P y Fitch.
La compañía lanza ahora la recompra parcial sobre la segunda colocación que realizó, en febrero de 2020. Se trata del bono con el menor cupón anual de las tres. En concreto, fijó un interés del 0,75% y vencimiento el 12 de febrero de 2028. La demanda superó en más de 3,5 veces la oferta y recibió órdenes de más de 190 inversores de 25 países. La oferta de recompra se prolonga inicialmente hasta el próximo 20 de septiembre y se espera que en un contexto de subida de tipos de interés se cubra completamente.
Cepsa emitió bonos por primera vez en mayo de 2019 con el objetivo de diversificar sus fuentes de financiación, alargar el vencimiento medio de su deuda y optimizar su estructura de capital y su coste financiero. Aquella emisión, por 500 millones de euros, estableció un cupón anual del 1%, con vencimiento el 16 de febrero de 2025. En febrero de 2020 dio continuidad con una segunda colocación, la que ahora recompra parcialmente, y en julio de aquel año, ya en plena pandemia, cerró una tercera, también por 500 millones. En este último caso el cupón se elevó al 2,25%, con vencimiento el 13 de febrero de 2026.
Cepsa cerró el primer semestre de 2022 con unos pasivos netos de 2.758 millones de euros, rebajando así los 2.918 millones que registraba un año antes. Esta reducción y, sobre todo, el fuerte crecimiento del resultado bruto de explotación (ebitda), que pasó de 842 millones a 1.742 millones, permitió a la compañía energética impulsar su desapalancamiento. Así, el ratio de deuda neta sobre ebitda se situó en 1,1 veces en junio pasado, frente a las 1,5 veces de un año atrás. La firma controlada por Mubadala y Carlyle tiene en marcha desinversiones, como la de su negocio de cogeneración -que ultima con Ignis-, que ayudarán a proseguir con la rebaja de deuda.