"En nuestra economía de mercado los beneficios son buenos. Pero en tiempos de guerra no es correcto recibir beneficios extraordinarios a niveles récord a espaldas de los consumidores", ha sentenciado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, en su discurso sobre le estado de la Unión. Por eso, Bruselas propone limitar estas ganancias extraordinarias, para recaudar más de 140.000 millones de euros en toda la Unión Europea.
Estos son los datos que ha revelado la mandataria alemana este miércoles desde Estrasburgo. "Los benficios deben ser compartidos y canalizados hacia aquellos que más necesitan", ha insistido. El ejecutivo comunitario propone limitar los beneficios de las eléctricas que producen energía sin gas en los 180 euros /mWh y por otro lado, gravar los beneficios extraordinarios de las petroleras, gasistas y refinerías en un 33% según el borrador al que ha tenido acceso El Economista.
Según los cálculos de la Comisión, 117.000 millones se obtendrían a través del límite a los beneficios de las tecnologías inframarginales y 25.000 millones corresponderían a la llamada "contribución solidaria" de las petroleras, gasistas y refinerías con el impuesto del 33% sobre sus beneficios extraordinarios, es decir las ganancias que se sitúen en un 20% por encima de la media de los tres años anteriores.
Estas medidas se añaden a la propuesta de implementar una reducción del consumo eléctrico obligatorio del 5% en las horas punta y del 10% del consumo general hasta el 2023. Además, la Comisión continua trabajando en un instrumento para garantizar la liquidez del mercado de futuros de la energía y se prepara para reformar la ley de morosidad ante las quiebras de pequeñas y medianas empresas por el encarecimiento de la luz.
Una reforma "profunda" del mercado eléctrico
Para la Comisión, estos 140.000 millones de euros que recaudarían las autoridades nacionales con el límite a los beneficios de las eléctricas deben canalizarse para ayudar a hogares y empresas a hacer frente a las facturas estratosféricas de la luz. Pero también por este motivo, Von der Leyen ha insistido en la necesidad de una reforma "profunda" del mercado eléctrico para desvincular los precios de la luz de los del gas. "El mercado eléctrico actual ya no es justo para los consumidores", ha dicho Von der Leyen, quien inicialmente se oponía a una petición que el gobierno de Pedro Sánchez lideró en Bruselas.
Pero para solucionar el problema de fondo, es decir, dejar de depender de fuentes de energía externas, Von der Leyen ha insistido en la necesidad de invertir masivamente en renovables, como Dinamarca hizo en su momento después de la crisis del petróleo de 1970. Por este motivo, ha anunciado la creación de un banco de hidrógeno con una capacidad de invertir hasta 3.000 millones de euros para promover estos proyectos en Europa.
"El hidrógeno verde puede ser un antes y un después para Europa", ha dicho la presidenta de la Comisión.
Normas fiscales pero con espacio para invertir
Pero para hacer todos estos cambios estructurales y reformas hace falta espacio fiscal y ahora mismo, la Eurozona registra niveles de deuda superiores al 90% del PIB. La Comisión Europea tiene previsto presentar su propuesta para reformar las normas fiscales, el llamado Pacto de Estabilidad y Crecimiento, este octubre, después de haberlo suspendido durante la pandemia.
El debate en este sentido es especialmente polémico, pues enfrenta a los países del norte, que piden volver a la disciplina fiscal con los del sur, que reclaman flexibilidad. Von der Leyen ha dejado caer durante su discurso que Bruselas apostará por un retorno a las normas fiscales más flexible, que permita seguir invirtiendo en proyectos o reformas clave, algo similar a la llamada 'regla de oro' que permitiría excluir del recuento de déficit público las inversiones en políticas verdes, por ejemplo.
"Necesitamos normas fiscales que permitan inversiones estratégicas a la vez que mantenemos la sostenibilidad fiscal", ha detallado la presidenta, que ha dicho que los gobiernos deberían tener "más flexibilidad" para cumplir sus objetivos de deuda y déficit al mismo tiempo que el deberán ser más responsables de cara a su cumplimiento con Bruselas.
Una ley de materias primas
Pero el discurso sobre el estado de la Unión es habitualmente una oportunidad para marcar las prioridades del año, hacer nuevas promesas y recuperar otras. Europa ha aprendido que no solamente debe reducir su dependencia de los combustibles fósiles de Rusia, sino también de otros gigantes como China.
Por eso, Von der Leyen también ha hablado en clave geopolítica para anunciar una ley de materias primas para no depender del gigante asiático. "Hoy China controla los procesos industriales globales. Casi el 90% de los materiales llamados tierras raras y el 60% del litio se procesa e China", ha constatado Von der Leyen.
El objetivo de esta ley será identificar proyectos estratégicos y construir reservas también estratégicas para situaciones de riesgo. Para financiar esas políticas y también otras relacionadas con el ámbito energético, Von der Leyen ha puesto sobre la mesa también a creación de un "fondo de soberanía" con el que se podrían apoyar los proyectos de interés común, entre los cuales está el gasoducto que debería conectar Italia y España.
"Las sanciones están aquí para quedarse"
Todo esto en un discurso fuertemente marcado por la guerra en Ucrania, a quién Von der Leyen ha prometido apoyo incondicional y permanente. "Las sanciones están aquí para quedarse", ha advertido la presidenta del ejecutivo comunitario quien ha insistido que las sanciones están dañando duramente la economía rusa.
Sin embargo, la Unión Europea también tiene retos internos por resolver y durante la aprobación de los distintos paquetes de sanciones se ha podido comprobar. Países como Hungría bloquearon las sanciones al petróleo hasta conseguir excepciones y ahora mantiene bloqueada la aprobación del impuesto mínimo del 15%. Por eso, Von der Leyen ha abierto la puerta a una reforma de los tratados, necesaria para eliminar la unanimidad como requisito para tomar ciertas de decisiones, como la fiscalidad o las sanciones. Para ello, es necesario convocar una Convención Europea, pero Von der Leyen ha asegurado que "es el momento".