
Rusia ha elevado el tono con Europa tras vincular de forma directa el suministro de gas al levantamiento de las sanciones. Este lunes, el Kremlin ha dejado de justificar el corte del combustible en los problemas técnicos, lanzando la advertencia de que los suministros no se reanudarán por completo hasta que Occidente ponga fin a las restricciones en vigor.
Los avisos de Rusia a Europa se han ido recrudeciendo desde el viernes. A las puertas del fin de semana, Gazprom anunció que el parón del Nord Stream 1 sería indefinido, mientras que en un inicio esa situación iba a ser temporal y el gasoducto volvería a enviar gas el pasado sábado. En ese momento, la compañía rusa decía que la turbina seguía sin funcionar, un argumento en el que se ha escudado en muchas ocasiones. Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha dejado atrás los rodeos y ha optado por mandar el mensaje más claro hasta la fecha.
"Los problemas para bombear gas proceden de las sanciones que los países occidentales han impuesto sobre nuestro país y muchas de nuestras empresas. No hay otras razones que hayan llevado a este problema de bombeo", ha dicho Peskov, según la agencia rusa Interfax y como publica Financial Times. Así, el Kremlin da paso a un nuevo discurso, en el que mantiene que el corte de suministros tiene origen en las restricciones al país y que, de no existir el veto, los flujos se moverían con normalidad.
Europa ya relajó las medidas contra Rusia para que las turbinas alemanas que se fabrican en Canadá siguieran dando el mismo servicio a Gazprom. El bloque sigue asegurando que nada impide que Nord Stream 1 trabaje con normalidad. Sin embargo, el portavoz del Kremlin vincula de forma clara el funcionamiento de su red energética al levantamiento de las sanciones.
El mensaje llega en un momento en el que se tensiona la situación en Europa. La crisis energética se agrava ya que no hay previsión, por el momento, de que se retomen los envíos de gas por la principal vía hacia el continente. El corte es "indefinido", según Gazprom, lo que dificulta la posibilidad de mantener el nivel de reservas y la disponibilidad de combustible para el invierno. Eso ha llevado a que el precio del gas se dispare este lunes un 20%, después de que la subida haya llegado a ser del 35%, según la referencia neerlandesa TTF. La posición de Rusia hacia Europa también está provocando caídas en las bolsas y el retroceso del euro.
Algunos países, como Alemania, están redoblando esfuerzos para intentar minimizar las consecuencias de la crisis. El país ha anunciado un paquete de ayudas para las familias de 65.000 millones de euros. Suecia y Finlandia también están ultimando más medidas para evitar quiebras en el sector energético. Además, los ministros de energía europeos se reunirán este viernes para debatir nuevas propuestas, que incluyen topes en los precios del gas y la suspensión del comercio de derivados de la energía.