Bélgica busca fórmulas para mantener abiertas sus centrales nucleares para poder afrontar con mayor seguridad de suministro este invierno. Tras la decisión el pasado mes de marzo de abandonar el cierre de las plantas de Tihange 3 y Doel 4, ahora el Ejecutivo belga ha pedido a Electrabel que prolongue el funcionamiento de la central de Tihange 2.
"El Gobierno ha pedido al operador nuclear que prolongue el funcionamiento de Tihange 2 hasta que pase el pico invernal", pidió el Primer Ministro belga, Alexander De Croo.
La ministra de Energía, Tinne Van der Straeten, dijo que el Gobierno quería ver si era posible, desde el punto de vista de la seguridad, prolongar la vida de Tihange 2 -que debe cerrar en febrero de 2023- hasta finales de marzo de 2023.
La petición del Gobierno belga se basa en querer garantizar la seguridad del suministro y tratar de minimizar los costes energéticos previstos.
Sin embargo, el operador de la central, Electrabel -filial belga de Engie- ha declarado que no sería factible prolongar el funcionamiento de Tihange 2 a partir de la fecha de cierre impuesta por la ley, el 1 de febrero de 2023.
La empresa dijo que discutir el asunto, como se había solicitado, con las autoridades belgas de seguridad nuclear "no cambiará estas limitaciones", pero que seguían estando disponibles para dar más explicaciones al gobierno belga en declaraciones a World Nuclear News.
El gobierno de coalición belga tenía una política de abandono de la energía nuclear para 2025, pero en marzo decidió permitir que Doel 4 y Tihange 3 siguieran funcionando hasta 2035 para "reforzar su independencia de los combustibles fósiles en tiempos geopolíticos turbulentos".
Las centrales nucleares belgas representan casi la mitad de la producción eléctrica del país.
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