El Parlamento Europeo ha perdido su oportunidad de impedir que el gas y la nuclear sean etiquetados como inversiones verdes en la clasificación de la taxonomía. A pesar de un primer voto en contra de la medida, este miércoles los eurodiputados han rechazado la moción que pretendía tumbar la taxonomía por 328 votos contra 278 y dan así vía libre a la polémica clasificación.
El acto delegado propuesto por la Comisión identifica como "sostenibles" las centrales nucleares con permisos de construcción antes de 2045 y las plantas de gas que emiten menos de 270 gramos de CO2 por KWh hasta 2031 o menos de 100 gramos en su conjunto de vida útil.
La taxonomía se ha convertido en una iniciativa mucho más conocida de lo que la mayoría podía esperar cuando nació porque la polémica no la ha abandonado nunca. Como piedra angular de su estrategia hacia la neutralidad climática, la Comisión Europea presentó el pasado febrero una clasificación de las inversiones consideradas verdes en la UE, para orientar a inversores, empresas y entidades. Pero el texto considera el gas y la nuclear como energías "sostenibles", cosa que provocó el rechazo no solo del sector ecologista sino también de los mismos asesores de la Comisión y de países como España, Austria, Dinamarca y Luxemburgo.
Sin embargo, el ejecutivo comunitario no dio marcha atrás, sino que optó por trocear la taxonomía para separar la decisión sobre el gas y la nuclear. Bruselas considera su posición como la más "realista", pues clasifica el gas y la nuclear como energías de "transición" necesarias para cumplir con los objetivos de neutralidad climática. Durante el debate parlamentario previo a esta votación, la comisaria de Servicios Financieros, Mairead McGuinness defendió la propuesta del ejecutivo y recordó que en realidad la taxonomía es un "instrumento voluntario" y que la política energética la marcan los gobiernos en un momento en que el desafío ruso ha provocado que algunos estados hayan recuperado el carbón.
Las divisiones
Pero a pesar de defender ahora esta posición, la taxonomía generó división en la misma Comisión, donde varios comisarios como Josep Borrell o la portuguesa Elisa Ferreira votaron en contra. El mismo presidente a cargo del Green Deal, Frans Timmermans, reconoció que su propuesta hubiera sido diferente, pero que la actual intenta representar las necesidades de todos los miembros de la UE.
Durante el debate parlamentario, la eurodiputada de Izquierda Unida, Sira Rego, aseguró que la taxonomía propuesta por la Comisión va en favor de los intereses de las "grandes compañías energéticas" e instó a rechazar el acto delegado, del mismo modo que lo hizo el socialista Jonás Fernández, quien recordó que incluso los técnicos que manifestaron en contra de la propuesta de la CE. En cambio, el europarlamentario de Ciudadanos, Luis Garicano, y la Popular Pilar del Castillo defendieron la propuesta del ejecutivo bruselense, al considerar necesarios el gas y la nuclear para efectuar la transición energética.
La posición de los países de la UE
De hecho, el primer ministro de la República Checa, Petr Fiala, que coge el relevo de Francia en la presidencia rotatoria de la UE, ha defendido este miércoles la propuesta de la Comisión ante los europarlamentarios: "Os pido que no rechacen este frágil compromiso tan cuidadosamente negociado. La energía nuclear y el gas que proviene de países seguros es el único recurso que algunos estados tenemos para llegar a nuestros objetivos climáticos".
Después de la decisión del Parlamento, los gobiernos también deben votar la propuesta y pueden rechazarla si como mínimo 20 países que suponen el 65% de la población de la UE lo hace. Hasta ahora, los Veintisiete no han mostrado un frente claro de oposición, pero Luxemburgo o Austria incluso se plantearon llevar la medida ante el Tribunal de Justicia de la UE.