
Una huelga prevista para esta semana de los trabajadores noruegos del sector del petróleo y el gas estrangula de nuevo el mercado energético. Los futuros del gas natural holandés para agosto, la referencia en Europa, alcanzan su precio más alto en casi cuatro meses, en 167 euros por megavatio hora (MWh).
Y es que la producción total de crudo del país podría reducirse en alrededor de un 8% y de gas más de un 10%, en un momento marcado por los altos precios y la escasez de oferta en Europa por la reducción de suministro de Rusia.
El combustible fósil se encarece más de un 13% en un solo día, la subida más abrupta desde mediados del mes pasado. Tres campos están programados para ser cerrados por la huelga a partir de mañana, mientras acción planeada al día siguiente sacaría otros tres . Un séptimo campo, Tyrihans, tendría que parar porque su producción se procesa desde el campo cercano Kristin, que cerrará, según Reuters.
Esta situación tiene un impacto directo en el Viejo Continente, ya que suministro noruego ha adquirido un papel clave en el suministro europeo después de que los envíos del mayor proveedor, Rusia, se desplomaran en medio de la invasión de Ucrania y las sanciones posteriores a Moscú.
Con los precios en estos niveles, "no hay duda de que hemos entrado en territorio de destrucción de la demanda, lo que eventualmente puede ayudar a estabilizar el mercado", dijo Ole Hansen, jefe de estrategia de materias primas de Saxo Bank A/S, en declaraciones recogidas por Bloomberg.
"En el corto plazo, y con los operadores golpeados y magullados que apagan cada vez más sus pantallas para irse de vacaciones, podemos ver una menor actividad con los flujos de noticias que dictan el nivel de volatilidad", sostiene el experto.
Subidas del 132%
En lo que va de 2022, los precios del gas europeo se disparan un 132%, desde los 70,34 euros por MWh que costaba a cierre del ejercicio pasado. La escalada de precios responde a la tensión en los mercados después de que Rusia invadiese Ucrania.
Las posteriores sanciones por parte de Europa y el recorte de suministros por parte de Vladimir Putin han llevado a la UE a una situación crítica, en la que muchos de los estados miembro buscan nuevos nuevos proveedores de gas y apuestan por fuentes alternativas de generación de electricidad, como el carbón.