
En pleno proceso de transición energética, los gobiernos y las compañías buscan adaptar sus modelos de negocio y consolidar sus enfoques en línea con los objetivos de descarbonización. Pero incluso con una mayor eficiencia energética y la introducción de grandes cantidades de energías renovables, biocombustibles, baterías y captura de carbono, el sistema necesitará otras innovaciones si quiere cumplir con estos planes. Uno de los elementos que parece abrirse un hueco en el nuevo paradigma, debido a su carácter polifacético y versátil, es el hidrógeno bajo en carbono. Sus introducción y desarrollo podrían ayudar a cerrar la brecha en las industrial más complicadas, como el transporte pesado, la fabricación de acero y la producción de fertilizantes y metanol.
El actual mercado del mercado hidrógeno es de unos 115 millones de toneladas métricas. Sin embargo, según las estimaciones de una reciente investigación, llevada a cabo por Bain & Company's Global Energy & Natural Resources, este mercado podría aumentar hasta los 300 millones de toneladas en 2050. Asimismo, el componente de bajas emisiones de carbono pasaría de ser prácticamente inexistente a constituir la mayor parte de la oferta. Las tasas de crecimiento del hidrógeno verde (aquel que se produce a partir de fuentes de carbono cero) y del hidrógeno azul (producido mediante fuentes de carbono bajas) superarán a los mercados energéticos tradicionales, abriendo la puerta a nuevas oportunidades a lo largo de la cadena de valor. La viabilidad del hidrógeno variará en función de las regiones y las industrias.
Los nuevos proyectos
El hidrógeno verde aún no es igual de competitivo que otras tecnologías de bajas emisiones, pero hay excepciones dependiendo de la ubicación y otros factores. Algunos ejemplos están en las carretillas elevadoras o los vehículos utilizados en la minería, entre otros. Otras aplicaciones solo tienen sentido desde el punto de vista económico en determinados lugares con una economía única. Los lugares dotados de ricas condiciones de energía renovable, como viento y sol, pueden ofrecer una economía mucho mejor para el hidrógeno verde. En el caso Chile actualmente existen muy pocos proyectos de hidrógeno en marcha, pero la abundancia de energía eólica y fotovoltaica podría ayudar a producir hidrógeno de baja emisión de carbono por menos de 2 dólares el kilogramo en 2025.
En las regiones con un exceso de energía renovable, el hidrógeno bajo en carbono ofrece una forma de bajo coste para usar la electricidad que, de otro modo, se vería reducida. Por ejemplo, en Estados Unidos, el fabricante de camiones de emisiones cero, Nikola Motor Company, consiguió una tarifa inferior a la del mercado para la electricidad generada por la energía solar (27 dólares MWh) para producir un hidrógeno más competitivo, parte del cual servirá para repostar los camiones de la línea de transporte de Arizona a California. Otro ejemplo de aplicación a largo plazo para el hidrógeno, donde la economía y las ayudas gubernamentales permiten aplicaciones tempranas es la fundición. Una referencia de esto las encontramos en ArcelorMittal, que ha anunciado sus planes de modernizar dos de sus plantas de Alemania para fabricar acero neutro en carbono, y en el fabricante de acero sueco.
La lista de proyectos de hidrógeno anunciados crece casi diariamente y muchos implican a consorcios de empresas. Pese a que el hidrógeno bajo en carbono sigue siendo más caro que el hidrógeno gris, estas firmas industriales están ganando una experiencia que les permitirá aventajar a sus competidores. En el proyecto North-C-Methanol de Bélgica el hidrógeno producido con energía renovable se consume en la producción de metanol junto con el CO2, lo que hace que el proceso sea más ecológico. La primera planta de hidrógeno verde que aprovechará las infraestructuras de una central de generación convencional y de la red de gas de distribución en España -impulsada por Sener, Nortegas, White Summit Capital, Castleton Commodities International (CCI) y Bizkaia Energía- estará operativa en Amorebieta (Bizkaia) en 2022.
También hay proyectos en marcha en regiones con mucha energía eólica y solar, pero con un consumo doméstico de hidrógeno limitado. Neom, una ciudad planificada que se está desarrollando en Arabia Saudí, colaborará con Air Products & Chemicals y la empresa saudí ACWA Power para producir hidrógeno ecológico con electricidad generada por la energía solar durante el día y la eólica por la noche. El objetivo de cara al largo plazo es ampliar la producción para apoyar las exportaciones. Asimismo, la producción australiana sigue un modelo similar y mantiene el título de líder mundial en proyectos de hidrógeno verde anunciados.