
Barcelona Energía, la eléctrica pública que puso en marcha Ada Colau, puede considerarse la historia de un fracaso. La compañía, propiedad del Ayuntamiento de Barcelona, apenas alcanza los 3.000 clientes en sus dos años y medio de vida. La comercializadora no ha logrado el respaldo ni de una parte considerable de los votantes de Barcelona en Comú (156.157 votos), el partido que propuso su creación para reducir los precios de la electricidad.
Las razones para esta situación no hay que buscarlas en la política sino en la economía y parecen evidentes. Las ofertas que ofrece la empresa municipal no están entre las más atractivas del mercado liberalizado, tal y como se aprecia en la comparativa que elabora la CNMC para un cliente tipo. En estos momentos, los mejores precios para un consumidor en el mercado liberalizado en la Ciudad Condal los tienen Iberdrola y Endesa.
Curiosamente la comercializadora que si que aparece en el listado con una oferta atractiva es Eléctrica de Cádiz, la alianza entre el Ayuntamiento, dirigido por José María González Santos, "Kichi", que tiene el 55% del capital junto con Endesa que posee el resto. Es decir, la eléctrica pública de Kichi compite con la de Colau y además la mejora en precio.
Barcelona Energía cerró en 2019, según sus cuentas, con 1.500 clientes y el año 2020, según algunas fuentes, apenas habría logrado incorporar un millar de clientes más, lo que deja el ritmo de captación en menos de tres clientes al día y la cifra se encuentra muy alejada del objetivo de 20.000 clientes que manejaba la compañía cuando nació.
Según las cuentas de 2019 presentadas por Barcelona Energia, la compañía registró un beneficio de 5,6 millones frente a los 2,3 millones del año anterior en gran parte por el resto de actividades de la compañía, lo que vendría a a avalar las afirmaciones de Colau de que la empresa no tiene ánimo de lucro.
La alcaldesa Ada Colau ha enviado esta misma semana una carta al presidente de Endesa, así como a la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera y al conseller de la Generalitat, Ramón Tremosa, para protestar por los cortes que han sufrido en diversas zonas de la ciudad durante la ola de frío.
La respuesta de Ribera y Endesa se desconocen pero Tremosa pide la colaboración de Colau para hacerse con las competencias en energía para evitar estas situaciones.
Barcelona en Comú incluía en su programa electoral la intención de consolidar Barcelona Energia como la compañía eléctrica pública de referencia de Barcelona y su área metropolitana pero por el momento es un objetivo muy alejado, más allá de la gestión de los contratos de consumo eléctrico municipales que la alcaldesa asegura han servido para ahorrar a las arcas municipales 1,3 millones de euros estos años.
Los precios más baratos de la energía se siguen pudiendo encontrar para los clientes domésticos en la tarifa regulada PVPC , pese a este momento coyuntural de precios, que ofrecen las grandes eléctricas. No obstante, cerca de 17 millones de consumidores optan por una tarifa en el mercado libre por las distintas ofertas o productos ligados a las mismas. Este tipo de tarifas no sufre los vaivenes del mercado mayorista de una manera directa, aunque si de forma indirecta por lo que en estos días los precios que pagan sus clientes no se ven afectados y se traslada en las renovaciones de los contratos. Por contra, estos clientes tampoco se benefician de las bajadas como las registradas el año pasado.
Choque PSOE-Podemos
Los precios de la electricidad en los primeros quince días de enero han provocado un enfrentamiento entre el Partido Socialista y Podemos y ambas partes han acabado olvidándose de algunas de las principales promesas que hacían cuando estaban en la oposición y que incluso incluyeron en su programa de gobierno.
Podemos lanzó un vídeo la semana pasada en el que reclamaba la nacionalización de Endesa para contar con una eléctrica pública. La formación morada asumía, no obstante, que no contaba con el peso suficiente en el Gobierno para imponérselo a su socio con lo que su reclamación apenas servía como mensaje a la galería en plenas elecciones catalanas ya que, de hecho, este aspecto no forma parte del acuerdo de Coalición.
Por ese motivo, la formación de Pablo Iglesias ha insistido en que se cumpla el programa de Gobierno al tiempo que se ha escudado en que no ha habido en el primer año de legislatura tiempo suficiente para realizar estos cambios.
En su programa electoral, la formación morada se comprometía a crear una empresa pública eléctrica para bajar la factura de la luz. "Esta empresa desempeñará un rol activo en la instalación de energías renovables, empujará hacia la transformación del mercado eléctrico y hará posible que cumplamos los objetivos fijados. Dada la importancia de estos fines, también se ocupará de implementar una factura de la luz más baja y de garantizar que nadie sufra pobreza energética. Al mismo tiempo, trabajará de forma coordinada con las empresas públicas municipales que se han creado o que se puedan crear para la comercialización y la gestión de su propia energía".