
El magnate ruso Mikhail Fridman, propietario de un 70% del capital de Dia, prepara otro plan de ajuste en la compañía. Según confirman fuentes próximas a LetterOne, la sociedad de inversión de Fridman, se ha puesto a revisar toda la red para llevar a cabo un plan de cierres y venta de tiendas que permita rentabilizar el negocio después de haber cerrado el primer trimestre del año con unos números rojos de 144 millones de euros. La cadena mantiene a la venta, de momento, la cadena de perfumerías Clarel y los establecimientos de distribución para mayoristas Max Descuento.
La primera, que tiene 1.271 tiendas tuvo unos ingresos de 288,8 millones de euros en 2018, con unas pérdidas de 49 millones. Por su parte, Max Descuento cerró con una facturación de 95,9 millones y perdió 6,5 millones.
La falta de comprador ha forzado también a Dia a poner en marcha el cierre de 219 tiendas a lo largo de este mismo mes. La empresa puso en marcha incialmente un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectaba a 2.064 trabajadores, aunque finalmente pactó con los sindicatos reducirlo a 1.604, con el compromiso de intentar buscar comprador por un total de 258 establecimientos para reducir al mínimo posible la reestructuración de plantilla.
Cerrar locales
A finales de mayo, sin embargo, la directora de Relaciones Laborales de Dia informó a la comisión de seguimiento del ERE, en la que están presentes UGT y Fetico, pero de la que se descolgó finalmente CCOO, que la compañía había tomado la decisión de cerrar la mayor parte de los locales y seguir intentando la venta de únicamente 39 de ellos.
Esta decisión la reveló el abogado de la cadena de supermercados en el transcurso del juicio que se celebra en la sede de la Audiencia Nacional en Madrid, en el que CCOO ha solicitado ahora la nulidad de ERE. Y es que el sindicato considera que no hubo "buena fe" durante la negociación y que la empresa cometió fraude de ley y abuso de derecho. Los representantes legales de la compañía se defendieron argumentando que CCOO no aclara qué supuesto fraude se ha producido, y que, de hecho, para haberlo cometido debería haber habido un ánimo o interés malicioso.
Al margen de los cierres y ventas, LetterOne, la sociedad de inversión del magnate ruso Mikhail Fridman, que se ha hecho tras la OPA con el 70% del capital de Dia, contempla además en el marco de su plan estratégico un cambio en la relación con las franquicias de la compañía para tratar de subir también su rentabilidad y asegurar así su supervivencia.
En los últimos años, muchas de ellas habían denunciado que la gestión que había llevado a cabo como consejero delegado Ricardo Currás, destituido el pasado mes de agosto tras detectarse irregularidades contables, las había arrastrado a la quiebra. Fridman considera que algunos de estos contratos son abusivos y se ha propuesto una modificación sustancial de los mismos.
Dia tiene de plazo máximo el 20 de julio para cerrar el acuerdo de refinanciación con la banca e inyectar 380 millones de euros, que eviten que la compañía caiga en causa de disolución. El problema de fondo es que cerrar esa refinanciación con los acreedores es una condición sine qua non para que se cierre la ampliación de capital de 500 millones de euros que prometió el dueño ruso de Dia. LetterOne ha amenazado ya con no llevar a cabo la operación "si no es posible alcanzar pronto un acuerdo ejecutable" para aplazar hasta el año 2023 el pago de la deuda a bancos y fondos.