
España cuenta con una red eléctrica mallada y con una amplia sobrecapacidad de generación que en días como ayer tiene hasta casi cinco veces más potencia instalada de la demandada. Ambos factores dificultan que pueda producirse un corte similar al vivido ayer en Argentina y Uruguay. No obstante, el riesgo de una avería siempre está sobre la mesa y con ellos los planes de contingencia de las empresas.
Las eléctricas reclaman en estos días una mejora de la retribución de las redes de distribución que les permita hacer frente a los retos de la transición ecológica y de la digitalización que será necesaria pero también de la operación y mantenimiento de las mismas, una parte clave para la seguridad de suministro.
Otro de los aspectos que serán vitales en el futuro será la ciberseguridad de las redes. A lo largo de los últimos años ya se han vivido problemas por estos motivos en la Europa del Este así como en Arabia Saudí y las empresas muestran una amplia preocupación por dar una elevados estándares de seguridad.
Como solía decir el expresidente de Red Eléctrica, Luis Atienza, el sistema eléctrico requiere de cinturón y tirantes.
España se encuentra ahora mismo el plena revisión de la planificación de redes y nuestro país podría afrontar problemas si Red Eléctica no hiciese bien su trabajo o tuviese problemas para afrontar las inversiones necesarias, centrada como está ahora mismo en el crecimiento internacional y en el negocio de las telecomunicaciones y los satélites.
La preocupación por la capacidad del nuevo equipo de REE, encabezado por Jordi Sevilla, es creciente en algunas regiones españolas. Andalucía, por ejemplo, ya ha pedido inversiones para poder dar acceso a las renovables que quieren instalarse en la zona. Por ese motivo, en estos momentos, la labor de la CNMC de control será un elemento clave para poder mantener la holgura actual del sistema.