
El consejero delegado de IAG, Willie Walsh, ha sufrido en su retribución anual la infidelidad e baja satisfacción de los clientes y la inestabilidad del sector aéreo, que ha impedido que el holding cumpliera el objetivo de beneficio operativo.
El jefe del conglomerado ha ganado así en 2018 un 24,3%, hasta los 3,43 millones de euros (3,03 millones de libras), por el ajuste de más de un millón de euros registrado en su bonus anual y el plan de acciones a largo plazo por no haber alcanzado los objetivos de satisfacción del consumidor y de ganancias.
En concreto, el Net Promoter Score, que es un índice que mide la lealtad y satisfacción de los clientes en función de las recomendaciones que hacen del servicio y la reincidencia en su demanda, se ha quedado muy por debajo del mínimo exigido en los presupuestos por lo que la parte del bonus correspondiente a la relación con los viajeros ha sido de cero euros. En 2017 sí que se cumplió el objetivo medio (en torno a 20 puntos) por lo que se pagó el 60% del variable. Supone el 15% del bonus total, que puede alcanzar los 1,94 millones de euros.
Los retrasos por la falta de controladores y la fuerte competencia lastra la lealtad de los viajeros
El año pasado, cuando la puntuación bajó a los 16,3, ha estado marcado por fuertes retrasos en los vuelos europeos por la falta de controladores aéreos y el mal tiempo, lo que ha disparado las reclamaciones y la insatisfacción del cliente en sus aerolíneas más expuestas al corto y medio radio, como Vueling. A su vez, la transformación de los productos para hacer frente a la guerra de precios y la fuerte competencia hace muy difícil mantener la fidelidad de los clientes.
No logra el objetivo de beneficio
Por otra parte, la dueña de Iberia no ha conseguido cumplir al cien por cien sus objetivos de ganancias pese a que ha cerrado 2018 con un alza del 9,5% del beneficio de las operaciones antes de extraordinarios. Así, aunque ha ganado 3.230 millones de euros, la cifra que tenía que alcanzar IAG para que Walsh cobrara todo el bonus era 3.400 millones de euros.
Según el informe de retribuciones, ha cobrado un 66% del variable vinculado a resultados (761.000 euros), mientras que en 2017 se llevó el cien por cien. El alza del combustible, la inestabilidad política en Europa, el aumento de la competencia en el largo radio a América y las políticas de precios bajos ha hecho muy difícil contener los costes operativos y mejorar la rentabilidad.
En cuanto a su desempeño personal, que supone el 25% del bonus, lo ha cobrado en un 89%. Por sur parte, la retribución fija se ha mantenido en los 850.000 libras al año (974.000 euros) y no está previsto subirla en 2019. A su vez, la consolidación de los incentivos a largo plazo (pago en acciones) ha sido de 888.605 libras, un 46,1% del máximo. En 2017 recibió el 66,6% del máximo: 1,28 millones de libras.
Al director financiero de IAG, Enrique Dupuy, le ha pasado algo parecido con su retribución que ha sido de 1,63 millones de libras (1,84 millones de euros), un 14% menos que en 2017. Por su parte, el presidente no ejecutivo del holding, Antonio Vázquez, ha cerrado el ejercicio con una retribución de 649.000 euros, unos 30.000 euros menos que en el ejercicio anterior por los menores complementos salariales