
La deuda del sistema eléctrico bajó un 10,21% en 2018, hasta los 18.851 millones de euros. Y gracias a la evolución de los tipos de interés, durante este 2019 su coste medio se reducirá sensiblemente, desde el 3,27% del año pasado hasta el 2,56%, permitiendo un ahorro de 113 millones. Desde 2017, el pago de los intereses se ha reducido un 34,9%.
Entre los años 2000 y 2013 el sistema eléctrico acumuló una monumental deuda como consecuencia de sucesivos déficit anuales que sumaron, en conjunto, más 40.300 millones. El anterior Gobierno del PP atajó esa sangría con una reforma eléctrica en dos fases; en la primera aplicó nuevos impuestos a la energía para obtener más ingresos, y en la segunda recortó la retribución regulada de las renovables, la cogeneración y los residuos.
Sin embargo, aún se deben 18.851 millones, repartidos en varios tipos de vehículos financieros (el principal, con el 81%, es el Fondo de Titulización del Déficit del Sistema Eléctrico) cuya devolución se carga sobre las facturas de los consumidores. En 2018 supuso el desembolso de 2.739 millones, que representan algo más del 15% de los costes del sistema.
La evolución de los tipos de interés ha reducido sensiblemente el coste de los intereses de la deuda eléctrica en los últimos dos años, según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC): en 2017 ascendieron a 741,8 millones, en 2018 bajaron a 596,2 millones y este 2019 se quedarán en 482,9 millones, es decir, han bajado un 34,9% en dos años.
No obstante, la anualidad correspondiente a 2019 no notará esa reducción: sobre la factura de los consumidores se cargará un poco más que el año pasado, 2.740 millones. Según los cálculos de la CNMC, saldaremos la deuda totalmente en 2027.
Superávit de 1.591 millones
Desde el año 2014 los ingresos del sistema eléctrico han superado los costes todos los años, generando un importante superávit: 550 millones este año, 469 millones en 2015, 422 millones en 2016 y 150 millones en 2017, que suman un total de 1.591 millones. Para el año pasado se espera un exceso de ingresos de 43,8 millones, pero en la última liquidación provisional del ejercicio la diferencia entre ingresos y costes habían evolucionado mejor de lo esperado.
De este superávit se han empleado 518,5 millones para compensar a las empresas eléctricas por cantidades indebidamente abonadas para el bono social y otros 120 millones para fomentar las renovables en los territorios insulares.
Por lo tanto, todavía queda un superávit remanente de 952 millones en la hucha. En la última Orden de tarifas, el Gobierno preveía la posibilidad de emplear 455 millones para evitar la generación de déficit durante este 2019.