Empresas y finanzas

Venezuela, el país con más petróleo del mundo, se ve obligado a comprar gasolina a España y Rusia

  • Las refinerías de Venezuela carecen de piezas y nafta para diluir el crudo
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela

La fuerte crisis económica que sufre Venezuela sigue propiciando situaciones surrealistas. El país que más reservas probadas de petróleo tiene del mundo se está viendo obligado a comprar gasolina a España (y otros países de Europa), que no produce petróleo pero sí cuenta con varias refinerías. La petrolera estatal venezolana PDVSA está importando miles de barriles de gasolina, diésel y nafta para nutrir a las estaciones de servicio y a las centrales eléctricas que necesitan combustible.

Venezuela está pagando primas elevadas por las importaciones de combustible de Rusia, España y otros países de Europa (al menos de una decena de vendedores considera que el riesgo vale la pena) después de que se cortaran los flujos con Estados Unidos por las sanciones, según fuentes comerciales y datos de comercio analizados por la agencia Reuters.

La nación sudamericana exporta petróleo, pero las precarias condiciones de sus refinerías (convierten el petróleo en derivados como gasolina) obligan al país importar gasolina y diésel para las estaciones de servicio y las centrales eléctricas, así como nafta para diluir su petróleo pesado. Las refinerías no han recibido el mantenimiento que necesitan en los últimos años, se puede decir que son el reflejo de la lenta muerte que se está viviendo el país. Los bajos niveles de inversión, la falta de maquinaria adecuada, la escasez de personal cualificado y los bajos precios del crudo en los últimos años han sido un desastre para estas instalaciones.

La empresa está buscando gasolina, aditivos para gasolinas, diésel, y también materias primas intermedias tales como gasoil de vacío y nafta catalítica, que las refinerías utilizan para la producción de combustible. PDVSA también quiere comprar nafta pesada, un diluyente utilizado mezclado con su petróleo pesado de modo que el crudo pueda fluir más fácilmente a través de tuberías para ser vendido o refinado.

Las sanciones de EEUU

Desde que Estados Unidos impuso nuevas sanciones a Venezuela el 28 de enero, el abastecimiento proviene principalmente de la petrolera estatal rusa Rosneft, de la española Repsol, de la india Reliance Industries y de las operadoras Vitol y Trafigura, según fuentes y datos de seguimiento de buques.

Rusia ha sido un aliado tradicional de Caracas, mientras que India y España también tienen lazos comerciales que se pueden catalogar como históricos con Venezuela. Pero estos suministros que vienen de muy lejos y son de elevado riesgo (de impago) tienen un coste.

"Los precios que nos están cobrando son horrendos", comenta un ejecutivo de la petrolera estatal venezolana PDVSA a Reuters.

El ejecutivo explica que las elevadas primas se deben en parte al hecho de que las cargas individuales han tenido que pasar por varias manos antes de llegar a los puertos venezolanos y también porque involucran complejas y costosas transferencias de barco a barco.

Un operador afirmó que ahora los armadores cobran una prima de hasta 50 centavos por barril a Venezuela frente a la media de 15 a 20 centavos de dólar que tenía que pagar antes de las sanciones de EEUU.

El año pasado, Venezuela importaba la mayoría de derivados del petróleo de EEUU. El país caribeño exportaba petróleo crudo a la primera potencia del mundo y a cambio recibía gasolina, diésel o nafta. 

Las importaciones al detalle

Vitol está enviado 30.000 toneladas de gasóleo producido por Rosneft en el buque Orient Challenge, mientras que Trafigura fletó en el fiordo de Elantra 37.000 toneladas de gasolina producida por la petrolera rusa Surgutneftegaz.

Según muestran los datos de Refinitiv Eikon, Rosneft también está enviando 60.000 toneladas de nafta en una transferencia de barco a barco desde Chipre. Por su parte, Repsol ha alquilado varios cargueros de gasolina como parte de un acuerdo de canje por crudo venezolano con PDVSA, según han desvelado las fuentes a Reuters,

PDVSA, Rosneft y Reliance no han respondido a las llamadas ni a los correos electrónicos. Surgutneftegaz no quiso hacer comentarios. Vitol y Repsol, por el contrario, han contestado y han asegurado que cumplían plenamente con todas las leyes y sanciones. "Continuamos supervisando de cerca los eventos de cada carga", asegura un portavoz de Repsol.

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