
Las españolas Indra y Escribano Mechanical & Engineering, y a filial española de la italiana Leonardo, han formado un consorcio bautizado como Trium-DRS para fabricar una estación de combate teledirigida con vistas al mercado nacional, europeo y global. Su primer objetivo es incorporarla al nuevo vehículo que desarrolla el Ministerio de Defensa -el VCR 8x8, también llamado Dragón- y adjudicarse un contrato evaluado en unos 450 millones de euros.
El consorcio Trium Defense Remote Station está participado a partes iguales por las tres empresas y surge como resultado de una sugerencia de Defensa de hace dos años para desarrollar una estación de combate con tecnología europea -en el mercado hay equipamiento similar, pero extracomunitario-, según ha explicado esta mañana Bartolomé Bouza, director general del consorcio, durante su presentación pública en Madrid. Por su complejidad y alcance, el proyecto también ha contado con la colaboración y el apoyo de los ministerios de Industria y Trabajo, añadió.
La estación, denominada Cerberus, cuenta dotada con un cañón de calibre medio de 30 o 40 milímetros y puede equiparse con un lanzador de misiles anticarro. Dispone de un doble sistema de visión e incorpora la última tecnología en cálculo balístico, optrónica, reducción de firma radar e interfaz hombre-máquina. Está especialmente diseñada para incorporarse a vehículos blindados y es apropiada para defender a las tropas en el tipo de misiones más habituales de la UE. En julio se hicieron las primeras pruebas de fuego en el Instituto Tecnológico de La Marañosa.
Los miembros del consorcio, como señaló Manuel Escalante, director de defensa de Indra, tienen la vista puesta en el desarrollo de la Cooperación Estructurada Permanente en materia de defensa de la UE (Pesco, por sus siglas en inglés), que armoniza los presupuestos y las capacidades defensivas de 23 socios comunitarios, que maneja un presupuesto para adquisición de equipos militares de unos 14.000 millones en los próximos tres años y que favorece el desarrollo de la tecnología europea. De hecho, en el proyecto colaboran entidades de Alemania, Francia, Portugal, Italia y Eslovaquia.
Sin cerrar la puerta a la expansión más allá de la UE -hay oportunidades en Latinoamérica y Asia-, Trium-DRS tiene como primer objetivo incorporar Cerberus al nuevo vehículo de combate sobre ruedas que desarrolla el Ministerio de Defensa -el VCR 8x8, también llamado Dragón-, que cuenta con un presupuesto de 2.100 millones hasta 2030, de los que se han adjudicado cerca de 100 millones. El contrato para incorporar la estación de combate es de los más importantes y rondará los 450 millones.
Unos 300 empleos directos
Todos los componentes de Cerberus se fabricarán en España, en las instalaciones de Indra en Aranjuez (Madrid), de Leonardo en Valencia y de Escribano en Alcalá de Henares (Madrid), donde se ensamblarán los componentes. En esta última factoría se asumirá un 40% de la carga de trabajo, mientras que el restante 60% se repartirá a partes iguales. Según los cálculos del consorcio, permitirá crear unos 300 puestos de trabajo directos.
La fabricación nacional, el empleo de tecnología española y su compatibilidad con otros equipos militares del Ejército español producidos por los tres miembros del consorcio, aportarán sinergias que permitirán ahorrar costes, según se explicó, insistiendo en la importancia de la inversión y la creación de riqueza en el territorio nacional.
En este sentido, Marco Busoli, director de Leonardo España, recordó que la matriz italiana ha transferido competencias a la filial española recientemente y destacó la importancia de que las tres compañías se hayan puesto de acuerdo y de que todos los proveedores del proyecto sean españoles.
Finalmente, Ángel Escribano, consejero delegado de Escribano, recalcó la importancia que para su empresa tiene colaborar con Indra y con Leonardo: "Es el proyecto de nuestra vida en sentido profesional", apostilló, antes de añadir que "en España tenemos esta tecnología; no hay que ir a buscarla a ningún sitio".