Deliveroo ha cambiado por tercera vez en menos de dos años las condiciones contractuales de sus repartidores con el objetivo de encontrar la fórmula que le permita tener trabajadores autónomos a su servicio. Esta especie de ensayo-error le ha llevado a seguir los pasos de Glovo y adoptar el modelo de autónomo dependiente (Trade) y reducir el control sobre los riders para tratar de evitar nuevas sanciones, después de que la Inspección de Trabajo de Valencia, Madrid y Barcelona confirmaran en el último año que sus repartidores "son falsos autónomos" y de que un juzgado de Valencia determinara en junio de este año que su modelo operativo esconde trabajadores dependientes. La plataforma que dirige Diana Morato en España asegura que la actas y la sentencia hacen referencia "a los contratos antiguos" y que estos "ya se han cambiado". Una modificación unilateral que la inspección de Barcelona ha visto como un "indicio de laboralidad".
Mientras Deliveroo acumula sanciones por emplear falsos autónomos, su principal competencia en España, Glovo, ha salido bien parada de sus primeras inspecciones y análisis por parte de la justicia. En diciembre de 2015 la plataforma catalana recibió la visita de la Inspección de Trabajo de Barcelona que en junio de 2016 publicó las actas favorables a su modelo que se basa firmar contratos de autónomos dependientes con los repartidores.
En septiembre de 2018, el juzgado de lo social de Madrid determinó que "no existe relación laboral" entre la plataforma y el trabajador que la denunció por despido improcedente y que las condiciones de trabajo respetan el modelo de TRADE. Una sentencia que no está exenta de críticas. Por ejemplo, el abogado y profesor de universidad Adrián Todolí censura que la juez señale a la bicicleta como el principal medio de producción y no a la plataforma, que es la clave en la contratación y en el desarrollo de la actividad, tal y como determinó el Tribunal Superior de Justicia de la UE en el caso de Uber.
Pero, ¿qué diferencias hay entre los modelos de ambas plataformas para que un juzgado de Valencia y tres inspecciones hayan determinado que los autónomos de Deliveroo son falsos y los de Glovo no? Un punto muy importante es el control efectivo sobre el trabajo del repartidor y su libertad para rechazar pedidos.
Así, el juzgado de Valencia señala como indicio de laboralidad que Deliveroo tuviera la última palabra sobre el horario y la zona en la que el repartidor tiene o tenía que prestar su servicio y diera "instrucciones concretar a los trabajadores sobre la forma en la que tenia que llevar a cabo fijando tiempos y normas de comportamiento". A su vez, la sentencia señala que el repartidor carece "de libertad" para, dentro de su horario, "rechazar pedidos" o no estar disponible durante mucho tiempo sin sufrir sanciones. En este punto, señala que la plataforma controlaba el trabajo, pedía explicaciones y daba normas de vestuario y de comportamiento. Unos puntos que no se replican en la relación que Glovo mantiene con sus repartidores, según da por probado la juez de Madrid.
Así, como indicio de relación no laboral, la magistrada apunta a que los trabajadores pueden rechazar un pedido durante su ejecución, tienen total libertad para reservar y cancelar slots u horas de trabajo sin tener que justificarlo o buscar sustituto, como pasaba en Deliveroo, y no tiene obligación de aceptar ningún pedido. Asimismo, pueden conectarse y desconectarse de la aplicación cuando quieran, por lo que no hay que cumplir un horario mínimo, y no tienen que trabajar en una zona determinada. Una situación que si se daba en Deliveroo que tenían que acudir a un punto concreto o "centroide" al inicio del turno y volver una ver terminaran el pedido. "El sistema es un jaleo logístico. No depende de nosotros que el repartidor quiera realizar el servicio por eso muchas veces no podemos prestarlo en tiempo y forma", explica Marita Rancé, directora del Área Legal de Glovo.
A su vez, la juez señala que los repartidores de Glovo pueden trabajar simultáneamente con plataformas de la competencia y rechazar pedidos de la misma y aceptar los de Deliveroo así como entregar pedidos con el material y la marca de otras empresas de reparto. Así, si el glover tiene baja puntuación o solo se ha conectado dos veces en un mes tiene acceso a pedidos igual que el primer día. Y son justo estos puntos lo que ha ido adoptando la británica. Por ejemplo, la compañía defiende que ahora los riders "son libres de usar el kit de reparto que ellos consideren, sea el de Deliveroo o no", que son "libres de elegir cuando trabajan y no son penalizados por cambiar sus planes" y que tampoco son penalizados por rechazar pedidos, esté en el momento de tramitación que esté.
En cuanto a los mensajes, la justicia y las inspecciones critican que Deliveroo ejercía como una especie de Gran Hermano que tenía geolocalizado al repartidor para controlar sus tiempos de reparto y mandarle mensajes para que hiciera las entregas más rápido o no rechazara tantos pedidos. "En Glovo no mandamos mensajes a la aplicación para entrometernos en su trabajo. No podemos decirles nada y el correo que se envió a los repartidores para que dejaran de rechazar pedidos fue un error. No forma parte de nuestra cultura de empresa", explica Rancé.