Empresas y finanzas

La central nuclear de Zorita entra en la recta final para su desmantelamiento

  • Enresa lleva ya nueve años de trabajo para desmontarla
La central nuclear de Zorita. Foto: Archivo.

El futuro de la nuclear en España sigue siendo una incógnita. Aunque el Gobierno de Pedro Sánchez se ha postulado a favor de cerrar el parque nuclear a medida que las centrales alcancen sus 40 años, lo cierto es que las clausuras tendrán que llevarse a cabo de manera escalonada. La incógnita se despejará cuando se conozca el contenido del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 antes de que finalice el año.

Mientras todo esto se clarifica, desde el sector se siguen de cerca los avances en las labores de desmantelamiento de la central nuclear de José Cabrera, popularmente conocida como Zorita que, en el año 1968, se convirtió en la primera central nuclear que entró en operación en nuestro país. Tras 38 años de funcionamiento, se puso fin a su actividad el 20 de abril de 2006. Su cierre supuso un impacto mínimo en el sistema eléctrico nacional. La central generaba una potencia eléctrica de 160 megavatios, que producía alrededor del 20% del consumo eléctrico anual de Castilla-La Mancha.

El 11 de febrero de 2010, Enresa asumió la titularidad de la instalación, propiedad de Naturgy. A partir de ese momento, empezó la ejecución del proyecto, si bien durante el año anterior (2009) se gestionó el combustible gastado y se almacenó en el Almacén Temporal Individualizado (ATI) de Zorita.

A día de hoy, el proceso se encuentra en su fase final. De momento ya se ha alcanzado un 86% de avance general de la obra y están a punto de concluirse los trabajos de desmontaje de los componentes radiológicos y la descontaminación de los edificios. Sin duda, "la valoración es positiva", ha señalado a elEconomista Manuel Ondaro, director de Desmantelamiento de la central de Zorita. "Es la primera vez que se acomete en España un desmantelamiento total de estas características y estamos muy orgullosos de ello", afirma.

Para 2019, está previsto que comience la demolición de los principales edificios. Estos trabajos empezarán por el Edificio del Evaporador, el Almacén de Residuos 1, el Edificio Eléctrico -donde estaba la antigua Sala de Control de la central- y el Edificio de Contención y Auxiliar. Después, Enresa realizará la caracterización final del emplazamiento y, cuando reciba el visto bueno por parte del Consejo de Seguridad Nuclear, devolverá la titularidad a la empresa propietaria. Si todo sigue su curso, los trabajos terminarán durante 2020.

Está prevista una generación total de materiales residuales de alrededor de 104.000 toneladas

En opinión de Ondaro, la fase más compleja ha sido la retirada de los componentes del circuito primario, efectuada entre 2012 y 2015; "en especial, el corte bajo agua de los componentes internos del reactor y de la propia vasija, lugar donde se producía la reacción nuclear necesaria para la generación de energía eléctrica y, por tanto, la que mayores implicaciones radiológicas tenía".

A lo largo de todo el proyecto, cuyo presupuesto asciende a 160 millones, está prevista una generación total de materiales de alrededor de 104.000 toneladas. De esta cantidad, entre el 5 y el 10% serán residuos radiactivos; el resto es material convencional que se gestionará en sus centros correspondientes. En el proceso de desmantelamiento trabajan, actualmente, una media de 175 personas que pertenecen a 25 empresas diferentes. El 66% de estos trabajadores proviene de la provincia de Guadalajara.

Los residuos radiactivos de muy baja, baja y media actividad se envían al centro de almacenamiento que Enresa opera en El Cabril (Córdoba). Los residuos de alta actividad -combustible gastado- y los denominados residuos especiales -proceden de una parte de los internos del reactor que, por sus características, no pueden ser almacenados en El Cabril- se encuentran en el Almacén Temporal Individualizado de la instalación.

Centro de interés mundial

Las técnicas y metodologías de corte y acondicionamiento de residuos radiactivos aplicadas por Enresa en la central nuclear José Cabrera constituyen una novedad, lo que motiva que este desmantelamiento se haya convertido en un centro de interés para la comunidad técnica y científica del sector, tanto a nivel nacional como internacional, ya que se trata de "la primera central de agua a presión en la que se procede a la segmentación y empaquetado in situ de la totalidad de sus grandes componentes", especifica Ondaro.

Desde que comenzó el desmantelamiento de Zorita, han pasado por la central más de 5.200 personas, procedentes de los cinco continentes, en su mayoría técnicos del sector, interesadas en conocer cómo se está ejecutando este proyecto.

José Cabrera no es la primera central nuclear que se desmantela en España. Enresa acometió el desmantelamiento parcial de la central nuclear de Vandellós 1 entre los años 1998 y 2003, tras cesar su actividad en 1989.

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