Empresas y finanzas

Glovo se lanza a competir con los supermercados en plena caída de los márgenes

  • Rebaja 20 millones su previsión de ingresos pero será rentable
  • Mantendrá su red de autónomos porque la justicia le da razón

Glovo ha dado el primer paso para competir con los supermercados en el mundo online. La app de reparto a domicilio ya ha montado su primer almacén en Madrid, en el barrio de Tetuán, para llevar la compra de la semana a los hogares en menos de 30 minutos.

El horario de atención de este servicio es de 24 horas al día y siete días a la semana, por lo que el objetivo de la compañía es dar más servicios a su cliente tipo, que son hombres y mujeres de unos 36 años, que estudian o trabajan y que tienen muy poco tiempo libre, explica Óscar Pierre, cofundador de Glovo, en un encuentro celebrado en Madrid.

El primer súper o tienda ciega a la que sólo se puede acceder a través de la aplicación se abrió hace tres semanas y está funcionando en pruebas "con muy buenos resultados y alto índice de repetición", explica Pierre.

Aunque de momento lo que más vende este súper online es hielo, el objetivo de Glovo es hacerse un hueco en la compra semanal con la introducción de más frescos y, en el largo, plazo ser el centro de referencia para realizar la compra mensual. Un objetivo muy ambicioso que llevaría a la firma a replantearse todo el área de logística con la introducción de una flota de furgonetas.

"Externalizaríamos el servicio o compraríamos nuestra propia flota, todavía no lo hemos decidido", explica Pierre. De momento, el súper sirve para hacer las compras de conveniencia y cubrir las necesidades de un hogar durante uno o dos días ya que los pedidos están limitados a 10 o 12 productos y no pueden ser ni muy voluminosos ni muy pesados.

Una vez se ponga oficialmente en marcha este primer súper, que cuenta con una plantilla fija de unos 28 empleados para gestionar las comprar, Glovo tiene previsto abrir tres almacenes más en Madrid para dar servicio a otros puntos de la ciudad y repartir en 20 minutos y luego dará el salto a Barcelona, Buenos Aires y Santiago de Chile.

Glovo ha entrado en el mundo de la distribución y el gran consumo en un momento en el que la demanda se está enfriando y la fuerte competencia entre las distintas cadenas y los súper de proximidad están lastrando los márgenes de las empresas tradicionales.

Por ejemplo, Dia está atravesando uno de sus peores momentos financieros por la caída de las ventas y la pérdida de márgenes y Carrefour ha pasado apuros mientras que Mercadona concentra el crecimiento en un sector muy atomizado y competitivo en el que Amazon también busca reinar en el mundo online con servicios como Prime.

El cofundador de Glovo explica que a la compañía le salen los números porque compran directamente a los proveedores, lo que les permite tener más margen en las más de 1.000 referencias que ofrecen. A su vez, los frescos que venden de momento son muy sencillos y duraderos por lo que reducen riesgos. "Intentamos sellar alianzas con las cadenas de supermercados para realizar los pedidos online pero tuvimos mucho problemas con las recogidas y la implantación del sistema así que optamos por montar nuestros propio negocio de supermercados", explica Óscar Pierre.

El servicio se llama Glovo Súper y forma parte del plan de inversión y crecimiento previsto para los próximos 18 meses en el que se invertirán unos 115 millones de euros.

Ser rentables en 2020 y seguir con autónomos

Otra de las patas del plan de crecimiento es desarrollar un servicio de reparto sólo para empresas y llegar a 30 países. Actualmente operan en 20 países y 75 ciudades en América Latina, Europa y África y su plan de expansión pasa por crecer en el continente africano y expandirse por Europa del Este. La expansión latinoamericana se hizo en el último año y aunque ha ido bastante bien en volumen de pedidos no ha cumplido con las expectativas de ingresos ya que el ticket medio es inferior a lo previsto. En concreto, es un 60 por ciento del ticket medio español que ronda los 20 euros, de los cuales Glovo se lleva un euro, los repartidores cinco euros y Hacienda 35 céntimos. Así, la firma cerrará 2018 con una facturación de 80 millones de euros, entre 10 y 20 millones de euros menos de lo previsto, aunque es siete veces más que en 2017. Las previsiones también han fallado porque la compañía no calculó bien la caída de los pedidos propia del verano, cuando la gente prefiere salir a pedir comida a domicilio. Aun así, la firma prevé ser rentable en España ya este año y a nivel global dentro de 18 meses, cuando concluya el plan de expansión y desarrollo de nuevos negocios.

Una pata fundamental para asegurar la rentabilidad y el ritmo de crecimiento de la firma es la red de repartidores autónomos. A diferencia de lo que pasa con Deliveroo, la justicia ha validado el sistema de trabajo de Glovo y ha ratificado que se trata de autónomos reales, es decir, que no hay una relación de laboralidad. Así, la compañía seguirá creciendo con este modelo.

De cara a una posible prohibición por parte de la justicia, Pierre descarta cerrar y asegura que se adaptarán al modelo que les digan aunque "no es la apuesta". En este punto, la firma ha creado un departamento de políticas públicas para hablar con sindicatos, asociaciones de autónomos y partidos políticos y plantar la creación de un modelo híbrido que les permita tener autónomos con mayores coberturas. De momento no están teniendo éxito.

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