
La agencia de calificación crediticia S&P ha aumentado la nota de Abanca después de que la semana pasada emitiera los primeros bonos perpetuos convertibles contingentes (CoCos) para reforzar su solvencia e ir creando la nueva hucha de capital que reclaman los reguladores para que el sector financiero pueda absorber pérdidas futuras sin recurrir a las ayudas públicas.
En concreto, ha elevado de BB a BB+ su rating, con perspectiva positiva. La entidad destacó ayer en un comunicado que la decisión de S&P se suma a otras que van en la misma dirección por parte de estas agencias en los últimos años como consecuencia de las mejores perspectivas de negocio y la reactivación de la economía.
En lo que va de 2018 las cuatro agencias que califican al grupo presidido por Juan Carlos Escotet han llevado a cabo subidas de la nota que le otorgan. En el caso de S&P, es la segunda acción positiva en este año, ya que en abril mejoró un escalón su nivel de riesgo. En marzo Fitch aumentó la perspectiva de la entidad de estable a positiva. En mayo fue Moody's la que incrementó el rating y mejoró la perspectiva a positiva. Ya en julio DBRS también colocó la perspectiva en el mismo nivel que el resto de compañías.
Abanca es una de las tres entidades más rentables del sistema financiero español. Además, está intentando aprovechar las oportunidades que surgen en el mercado para crecer de manera orgánica y aumentar así su tamaño. En la actualidad espera el resultado de la puja por la filial de Caixa Geral en nuestro país, por la que ha presentado una oferta vinculante.
Según distintas fuentes del mercado es la principal candidata para hacerse con la franquicia del grupo portugués, por la que se han interesado también Cajamar y el fondo Cerberus. Esta operación se produce después de que se hiciera con la filial lusa de Deutsche Bank a principios de este año.