
Comprar una casa pagando en efectivo, por muy cara que fuese, ha sido durante siglos una seña de identidad de ricos y millonarios. Por ejemplo, Rupert Murdoch pagó la cifra récord de 44 millones de dólares por un piso de tres plantas en Nueva York. De hecho, la exclusiva comunidad de propietarios exige que para poder entrar en el edificio se pague de esta forma.
Pero la tendencia ha cambiado. Ahora los ricos, como la gente de a pie, también apuestan por comprar sus casas con hipoteca. Es el caso de Beyoncé y Jay-Z, que compraron una mansión en California el pasado año por 88 millones de dólares, para la que firmaron una hipoteca de 52,8 millones con Goldman Sachs, a pesar de contar con una fortuna de más de 1.000 millones, según Forbes.
Los cantantes pagan un interés fijo inicial del 3,4%, que se vuelve variable en 2022, según revela Quartz. De esta forma, el pago mensual de la pareja ascendería a 200.000 dólares (unos 170.000 euros), según cálculos del The Wall Street Journal.
No son los únicos que siguen esta tendencia. El propio WSJ revela que el millonario canadiense Daryl Katz está pagando una cantidad similar por una hipoteca de 47,5 millones de dólares que pidió al comprar su casa en Malibú, cuyo preció fue de 85 millones.
¿Por qué los millonarios apuestan ahora por esta fórmula que el común de los mortales elige porque no les queda más remedio? Los precios de la vivienda en Estados Unidos suben a porcentajes de doble dígito, mientras que la tasa de interés se mantiene cerca de los mínimos históricos, lo que provoca que para los ricos les merezca la pena pagar los intereses de la hipoteca y destinar ese dinero a otras inversiones más rentables, cubriendo así el coste del préstamo y sacar un mayor beneficio.