
Los expertos en movilidad sostenible tienen claro que no basta con poner en marcha actuaciones individuales en ciertas ciudades, empresas o particulares. Además, para que este movimiento global pueda prosperar, se exige un consenso regulatorio entre los ámbitos locales, autonómicos, nacionales y comunitarios.
A modo de ejemplo, no se entiende que en ciertos municipios se puedan aparcar libremente los coches eléctricos sin límite de tiempo, mientras que en la localidad vecina esté limitado a un par de horas, por ejemplo. Y la misma paradoja se repite entre las provincias, comunidades y países.
Los observadores que actualmente trabajan en las nuevas formas de movilidad, recientemente reunidos por elEconomista, con motivo de un desayuno de redacción sobre las nuevas tendencias en movilidad, también abogan por promover una ordenación de los entornos urbanos para así avanzar hacia la electrificación sin prisa ni pausa. "Hace falta un plan, una estrategia común que sintonice con los nuevos hábitos de los ciudadanos", remarcan.
Los representantes de compañías como Endesa, Mitsubishi Motors, Calidad Pascual, Siemens Mobility, así como de empresas públicas como Metro Madrid y EMT coinciden en concebir la movilidad sostenible de una forma mucho más amplia que la estrictamente ambiental: es un asunto estratégico para el bienestar de las personas. Según argumentaron, las empresas y administraciones deben adaptarse a las nuevas demandas de movilidad para no fracasar en el intento.
José Carlos Espeso, Mobility Manager de Calidad Pascual, no pide recursos o subvenciones, pero sí reclama una regulación que no dificulte el camino. "Todo lo que sean incentivos para adquirir vehículos sostenibles serán bien recibidos, especialmente para los autónomos, pero prefiero que las administraciones coordinen todas las ordenanzas de movilidad y que exista un consenso en las normativas en todo el país". De esa forma, será más fácil avanzar en movilidad sostenible, concepto "que debe estar en el ADN de las empresas".
Elena Bernárdez, directora de Movilidad Eléctrica de Endesa, también lamentó la ausencia de una visión global. "Cada una de las distintas administraciones públicas tiene un ámbito de responsabilidad y no siempre están coordinadas entre ellas, y no porque no exista voluntad para hacerlo, sino porque no hay un plan común".
Bernárdez echó en falta algo más que ayudas para comprar vehículos eléctricos, sino que "hay que cambiar la regulación de la gestión de carga para que resulte más fácil instalar las infraestructuras de recargas de acceso público". Igual que hace años se concienciaba a la sociedad, por ejemplo, con pegatinas en los lavabos para no derrochar agua, también hay que animar a los ciudadanos y empresas a cambiar la forma de acceder al centro de ciertas grandes ciudades.
La misma directiva también recordó que Endesa lleva trabajando en movilidad sostenible desde 2010, "cuando ni siquiera se hablaba de vehículo eléctrico". Acto seguido, la directiva explicó los ejes de actuación -internos, de innovación y comerciales- de su compañía, con proyectos pioneros tanto en España como en Europa. De puertas para adentro, Endesa está promoviendo desde 2012 "la incorporación de los vehículos eléctricos en la distribución, con el compromiso de que nuestras flotas sean cien por cien eléctricas en 2021". Asimismo, "las exigencias ambientales de los vehículos de la flota de representación de nuestros directivos implican apostar por el eléctrico puro o el híbrido enchufable". Además, "la flota de 400 vehículos comerciales -que ahora son híbridos- están pasando a ser híbridos enchufables y eléctricos puros". Asimismo, "tenemos un plan de movilidad eléctrica de empleados donde Endesa hace propuestas de valor hacia esa dirección entre los trabajadores y las marcas", de forma que "más de un 6% de la plantilla de Endesa ya tiene vehículo eléctrico", añade.
Borja Carabante, consejero delegado de Metro Madrid, propuso a las administraciones que tengan claro qué modelo de ciudad quieren crear, para en función de estos objetivos diseñar sus respectivas políticas. "El centro de las grandes ciudades puede ser para uso de residentes, para los turistas o para oficinas, y las políticas de movilidad deben adaptarse a esa decisión". De hecho, el servicio que se ofrece será distinto según la anterior configuración. En su opinión, el principal valor que ofrece el transporte público a los ciudadanos es tiempo para sí mismo. "Garantizamos determinados minutos de ahorro de tiempo en desplazamientos frente a otros medios y alternativas de transporte".
"Lo primero que hay que hacer es ordenar las cosas y poner en solfa a las administraciones para que se actúe de forma coordenada y regulada"
Carabante puso énfasis en que el medio de transporte que representa "es básicamente de movilidad sostenible ya que las emisiones son nulas y evita que los coches puedan salir de la circulación en las grandes ciudades". Así indica que el reto consiste en dar las respuestas más eficientes a los más de 2,3 millones de personas que a diario utilizan el Metro de Madrid.
Arturo Pérez de Lucía, director gerente de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (Aedive), incide que se trata de una cuestión de lógica: "Lo primero que hay que hacer es ordenar las cosas y poner en solfa a las administraciones para que se actúe de forma coordenada y regulada". En ese aspecto, el gerente de Aedive animó a fomentar la movilidad urbana sostenible también para que "aporten valor a los ciudadanos los sistemas de distribución de mercancías". A modo de ejemplo, Pérez de Lucía adelantó que "el año que viene circulará por Madrid un camión eléctrico de 7,5 toneladas, algo que sería impensable hace unos años".
Aedive es una asociación empresarial que aglutina a toda la cadena de valor industrial, de tecnología y servicios, con más de un centenar de asociados. "Concebimos la movilidad eléctrica como un proyecto de eficiencia energética, ligado al impulso de las energías renovables, la generación distribuida, el almacenamiento energético y el autoconsumo". Según explicó, "el vehículo eléctrico es el principal jugador de la eficiencia energética".
Marta Serrano, directora de comunicación y consultoría de EMT Madrid, apunta que su empresa es de movilidad sostenible por esencia. "En EMT tenemos una flota con 2.000 autobuses y estamos haciendo un esfuerzo muy importante para convertir esa flota en verde, para que sean vehículos eco y cero emisiones".
Ante esa exigencia, Serrano reconoce que "no se puede convertir toda esa flota de golpe en cero emisiones en los vehículos industriales, porque no ofrecen la autonomía suficiente y los procesos son distintos y más lentos que los vehículos para particulares".
"Hay que quitar el miedo hacia el vehículo eléctrico puro y decir qué sucede si el coche del usuario se queda sin batería"
Por lo pronto, la EMT ha comprado este año los primeros 15 autobuses estándar eléctricos, el año que viene modificará una de las cocheras de la EMT para que sea cien por cien eléctrica y estos días promueve la transición hacia el gas. "No compramos autobuses diésel desde 2010 y solo compramos vehículos de gas. Hace unos días aprobamos la adjudicación de 460 nuevos autobuses de gas para que la totalidad de la flota sea verde", añade.
José María Satrústegui, Electric Vehicle and Residual Value Manager de Mitsubishi Motors, recalcó la relevancia de su compañía en el proceso de la electrificación de vehículos, como "referencia dentro del mundo de los híbridos enchufables, lo que es un buen modelo para pasar a la electrificación pura". Entre los objetivos inmediatos sugiere "quitar el miedo hacia el vehículo eléctrico puro y decir qué sucede si el coche del usuario se queda sin batería". Bajo su criterio, aún falta mucho trabajo por hacer en electrificación desde el punto de vista didáctico. "El cliente tiene un desconocimiento de todas las alternativas posibles y eso genera miedo. Teme que el diésel desaparezca y que el coche eléctrico no pueda hacer el mismo trayecto que un automóvil convencional, y no solo por el tema de los cargadores".
Enrique Torres, director de Estrategia y Ventas de Siemens Mobility España, propone desarrollar los modelos predictivos con la ayuda de la tecnología y siempre ligados a la conveniencia de los usuarios.
"No es lo mismo un día laborable que otro además con lluvia, y existen mecanismos para establecer prioridades", explicó. "Todo lo que es mecánico se puede predecir los fallos y todo lo que es eléctrico se puede redundar", indicó. "Nosotros imaginamos un futuro de la movilidad que será 100% conectada". Acto seguido, Torres recordó un estudio de KPMG en el que se asegura que la congestión del tráfico cuesta entre 100 y 120 euros al año a cada persona en las grandes ciudades".