
Disa, la petrolera controlada por Demetrio Carceller, comprará el 5,5% de Sacyr a través de derivados con el objetivo de frenar el desafío de José Moreno Carretero, que este jueves solicitó trasladar a la junta de accionistas del próximo 7 de junio su rechazo a los informes de Gobierno Corporativo y de Remuneraciones de 2017.
La petrolera canaria informó el jueves al consejo y pidió su autorización para ejecutar esta operación. Se ha adelantado así a la reforma de los Estatutos, que la junta debe ratificar en junio, por la que este tipo de operaciones deberán ser conocidas por el consejo, tal y como adelantó elEconomista el pasado mes de abril. Con ello, la compañía "sale en defensa de la gestión y del interés social de Sacyr", según explican fuentes próximas al consejo, que ha dado su permiso a la operación.
Disa cuenta actualmente con el 12,5% del capital de Sacyr, al que suma el 2% de Satocan, de forma que la acción sindicada alcanza el 14,5%. De este modo, elevará su participación hasta el 20%, lo que le reforzará como el accionista principal de la constructora. Moreno Carretero, por su parte, a través de Beta Asociados declara a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el 16,17%. No obstante, de este porcentaje, solo el 5,5% lo tenía de manera directa al cierre de 2017, un nivel que en los registros de Iberclear se reduce ahora al 4,54%. El 10,6% restante corresponde a los derivados que tiene contratados con Citibank y que la mayoría del consejo de administración no le reconoce como propios para el reparto de asientos.
Carceller ha recurrido igualmente a productos derivados para tomar hasta 30 millones de acciones de Sacyr -el 5,5% del capital- y reforzar así su posición. Ahora bien, en su caso sí tiene los derechos de voto. El empresario, dueño de la cervecera Damm, adquiere esta participación con un plazo de venta de entre tres y seis meses y a un precio determinado.
Dinamita la cotización
En el caso de los instrumentos que utiliza Moreno Carretero, éste tiene el derecho de compra a un precio preestablecido. Y es precisamente esta característica la que provoca el enfado del consejo, que considera que dinamita el crecimiento de la cotización de Sacyr.
En este escenario, el consejo de Sacyr someterá a la aprobación de la junta de accionistas una profunda remodelación de los Estatutos Sociales de la compañía. Entre los cambios, sobresalen los destinados a la prevalencia del interés general de la sociedad y a las obligaciones generales de los consejeros, que de manera sutil inciden en las conductas que se les pueden exigir.
Se tratan de modificaciones que buscan acotar las prácticas que lleva a Moreno Carretero en Sacyr, con el uso de productos derivados.
Beta Asociados ha pedido incluir en el orden del día de la junta para que sean votados por los accionistas una serie de modificaciones de los estatutos, como continuación de su voto negativo a algunos aspectos tanto del Informe de Gobierno Corporativo como del Informe Anual sobre Remuneraciones de los consejeros, que han sido aprobados por el resto de los vocales.
El conflicto entre Moreno Carretero y el consejo de Sacyr se origina por el reconocimiento de su participación en el capital. El empresario, dueño de la constructora Altec, pidió hace un año más representación en el consejo, pero la mayoría de los accionistas de relevancia se ha opuesto, al no considerar sus derivados como acciones propias.
Crece el beneficio
El consejo, en cualquier caso, ha aceptado acometer una reordenación ante los cambios accionariales que se han producido en los últimos años y en aras de mejorar su gobierno corporativo. Así, la constructora tendrá tres consejeros independientes más, con lo que ahora serán seis -sobre un total de 14-, en detrimento del mismo número de dominicales. Cederán una silla en la próxima junta las sociedades accionistas que lideran Manuel Manrique, presidente de Sacyr, Demetrio Carceller y José Manuel Loureda. Moreno Carretero, por su parte, seguirá con un único asiento, circunstancia que le ha llevado a mantener viva la batalla.
A pesar de los cambios, el empresario de origen malagueño insiste en que haya un "reequilibrio en la presencia de diversos consejeros dominicales". También reclama que las retribuciones que perciben Manrique y Loureda, como consejeros de Repsol, se incluyan en el detalle de las remuneraciones globales de Sacyr. La respuesta ha sido negativa, al tratarse de una participada que no consolida.
Entre tanto, Sacyr presentó el jueves las cuentas del primer trimestre de 2018, en el que obtuvo un beneficio de 34,8 millones, un 11,2% más que hace un año. La compañía, además, anunció una nueva etapa de estabilidad en la remuneración al accionista, de modo que alcanzará, en dos pagos anuales, una rentabilidad de entre el 4% y el 5%.