Empresas y finanzas

España gana peso en Abertis ocho años después por la OPA y el tráfico

  • Ha paralizado las compras en el exterior por el deber de pasividad
Foto: Archivo

Abertis ha roto en el primer trimestre de 2018 con una tendencia que se prolongaba durante los últimos ocho años y, por primera vez desde 2010, España ha incrementado su peso en la tarta de sus resultados operativos. Una circunstancia que viene derivada principalmente por la mejora del tráfico en las autopistas españolas en los primeros meses del curso y por la parálisis de inversión a la que el grupo se ha visto sometido en el último año por el deber de pasividad a que le han obligado las OPA (ofertas públicas de adquisición) de Atlantia y Hochtief (ACS).

En concreto, España ha alcanzado hasta marzo una cuota del 27% sobre el resultado bruto de explotación (ebitda) total de Abertis, lo que representa tres puntos más que el 24% que registró un año antes. A este crecimiento del peso del negocio nacional ha contribuido la positiva evolución del tráfico en las autopistas que gestiona Abertis. Subió el 6,1%, en un contexto en el que coincidió que la Semana Santa se celebró en marzo y que Avasa (AP-68 Bilbao-Zaragoza) ha aplicado descuentos para camiones. Este incremento al menos duplica a los registrados en los demás países en los que opera la concesionaria que por ahora preside Salvador Alemany: Brasil (+3,1%), Puerto Rico (+2,9%), Chile (+2,8%) y Francia (+2,3%).

En los resultados de los primeros tres meses del año, Abertis ya no consolida Hispasat, al reclasificarla como actividades interrumpidas ante su próxima venta. El operador de satélites sí se contabilizaba en las cuentas del primer trimestre de 2017, pero de cualquier forma el peso de España en el ebitda habría subido. Al fin y al cabo, la compañía que preside Elena Pisonero tiene una destacada presencia en el mercado español. De hecho, si solo se contabiliza el negocio de las autopistas, España alcanza ahora un peso del 26,9% en el ebitda, superior al 25,4% de hace un año.

La otra causa de que la actividad en España haya ganado protagonismo en la tarta global se debe al efecto que han tenido sobre Abertis las OPA de Atlantia y Hochtief -hoy integradas en un acuerdo que incluye a ACS para tomar el control conjunto-. Desde mayo de 2017, la dirección de Abertis ha estado sujeta al deber de pasividad, lo que ha provocado que apenas haya podido enfrentar adquisiciones. La política de la concesionaria desde hace más de diez años ha sido la de crecer en el exterior. En los meses previos a que Atlantia oficializara su interés, la compañía de origen catalán había sellado importantes compras en Francia, Italia, India o Chile. En los últimos 12 meses, por el contrario, sus inversiones se han limitado a prórrogas de concesiones e, incluso, ha tenido que dejar pasar oportunidades, como el Westconnex australiano -no se descarta que en el futuro pueda sumarse al consorcio que sí ha forjado ACS-.

A la espera de las radiales

La última vez que el peso de España creció en Abertis fue en el primer trimestre de 2010, cuando subió el 54% de 2009 al 55%. Hoy, pese al aumento registrado, ese porcentaje se limita a la mitad, lo que evidencia el fuerte proceso de internacionalización que la concesionaria ha experimentado.

Aunque se desconocen los planes ciertos que Atlantia y ACS tienen para Abertis una vez tomen el control el próximo mes de mayo, la subida del mercado español en este arranque de año se estima en todo caso coyuntural. Máxime si se tiene en cuenta que a partir de 2019 y hasta 2021 comienzan a vencer algunas de sus principales concesiones: Aumar, Acesa e Invicat. Estos tres contratos suman 760 millones de ebitda, lo que supone el 84,5% del total que genera en España.

Además, la dirección actual de Abertis tan solo prevé invertir 100 millones en España hasta 2020, sobre un total de 4.000 millones (Brasil, Chile y Francia acaparan la mayor parte). A esta cifra, no obstante, podría añadirse la eventual adquisición de las autopistas de peaje quebradas que el Ministerio de Fomento relicitará este año y cuya valoración calcula entre 700 y 1.000 millones.

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