
El conocido grupo de restauración madrileño Larrumba sale al mercado en busca de comprador. Tal y como han explicado fuentes financieras a elEconomista, la compañía ha contratado a un banco de inversión para que analice las opciones estratégicas para mantener e impulsar su expansión, que contemplaría también la entrada de un socio para financiar este crecimiento. En la actualidad, el grupo ya cuenta con 12 establecimientos ubicados en zonas prime de Madrid.
De hecho, no es la primera ocasión en la que Larrumba se plantea abrir su capital. Hace poco más de un año, un fondo tocó su puerta, pero la oferta no cuadró porque los dueños querían una cantidad mayor que la que estaba sobre su mesa y su accionariado estaba muy dividido. La valoración de la que hablan ahora se situaría en torno a los 100 millones de euros.
Sin embargo, según las fuentes financieras consultadas, esta cantidad estaría muy por encima de los múltiplos que se están pagando en el sector de la restauración -en torno a 10 veces/ebitda en el mejor de los casos-. Además, juega también en su contra, según las mismas fuentes, las ubicaciones prime ya que exigen altos alquileres (uno de sus establecimientos más conocidos, Habanera, se ubica en la plaza de Colón, ocupando buena parte de la emblemática cafetería Riofrío. Su resultado bruto de explotación ronda los 6 millones de euros. Según las mismas fuentes, Larrumba estaría ya en el punto de mira de fondos de capital riesgo internacionales.
El primer paso para este proceso de venta, no obstante, pasa por reestructurar su capital, ya que cada restaurante cuenta con una sociedad diferente.
Un complejo accionariado
En la actualidad, el grupo está controlado por Chiqui Calleja, Charlie Saiz y Fernando Nicolás, tres jóvenes empresarios muy conocidos en la capital. Sin embargo, para financiar el frenético ritmo de aperturas, los dueños del grupo han recaudado dinero entre sus amigos más cercanos -entre los que figura Alonso Aznar Botella, el hijo pequeño del expresidente del Gobierno-.
Con esta operación se pondría la guinda a un negocio de éxito iniciado en 2013 con la apertura de su primer establecimiento: Pipa & Co. Detectando la recuperación del consumo, los dueños han conseguido que Larrumba se convierta en uno de los grupos de referencia en el sector de la restauración madrileña. Sus planes ahora, según las fuentes consultadas, pasarían por trasladar este negocio a otros lugres.