Empresas y finanzas

Deutsche Bank anuncia duros ajustes y se niega a negociar

El nuevo consejero delegado, Christian Sewing, comunica por carta a los trabajadores los planes para salir de pérdidas

El primer mensaje del nuevo consejero delegado de Deutsche Bank, Christian Sewing, apenas diez horas después de llegar al cargo fue rotundo: habrá más recortes. El consejo de Supervisión de la primera entidad alemana ratificó el domingo por la noche el cese del hasta ahora consejero delegado, John Cryan, por Sewing, hasta el momento vicepresidente de Deutsche Bank.

La salida de Cryan, que llevaba tres años al frente de la entidad, llega apenas dos meses después de que el banco presentara pérdidas por tercer año consecutivo. Concretamente la entidad obtuvo un resultado neto negativo de 497 millones. El banco ha tratado de paliar la falta de confianza de los accionistas de la entidad frente a Cryan con este relevo y Sewing llega pisando fuerte. De momento, y en una carta que Sewing ha remitido a los empleados del banco, ha asegurado que va a adoptar "duras medidas" para volver al camino de la rentabilidad. El nuevo jefe del grupo ha asegurado que los costes del banco este año no van a superar los 23.000 millones de euros, algo que asegura que "no es negociable".

La noticia del nuevo nombramiento ha tenido el visto bueno de los inversores. Deutsche Bank subía a primera hora de la jornada de ayer un 3 por ciento hasta los 11,6 euros por acción. A pesar de esta ligera alegría para la entidad, la cotización del primer banco alemán aún continúa en mínimos históricos, muy lejos de los niveles previos a la crisis. Cabe recordar que la entidad se ha enfrentado a una investigación judicial en EEUU por la comercialización de hipotecas suprime entre 2007 y 2008 que se saldó con un pago del banco a la Justicia norteamericana de 6.890 millones para zanjar el caso. El banco también se vio envuelto en 2012 en el escándalo de la manipulación del libor, caso por el que finalmente afrontó otros 186 millones de multa.

Deutsche Bank encara desde 2015 un fuerte proceso de reestructuración y recortes que implicaba su salida de al menos diez países. Dentro de este proceso, el banco vendió el pasado marzo el negocio minorista de su filial en Portugal a Abanca. Además, en diciembre, el Santander compró el negocio minorista de banca privada del banco alemán en Polonia. La venta de la filial española está descartada desde diciembre.

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