
KKR se ha retirado de la carrera por entrar en el capital de Duro Felguera. Tras la negativa de la banca acreedora a su propuesta inicial, trasladada en enero, el fondo de inversión estadounidense ni siquiera ha reformulado su propuesta y ya no figura entre los inversores interesados en salvar la compañía. Su salida aboca a la ingeniería asturiana a buscar una alternativa para obtener los fondos que necesita para sobrevivir, toda vez que la opción del fondo Bybrook también se ha difuminado.
En este escenario, la compañía trabaja en vías dirigidas a capitalizar la deuda financiera, que supera los 360 millones, y a aumentar capital por alrededor de 120 millones de euros. Para esto último, el presidente Acacio Rodríguez ha intensificado los contactos en las últimas semanas con diferentes empresarios y firmas industriales para que acudan a la ampliación. De acuerdo con fuentes conocedoras de las conversaciones, la respuesta está siendo "razonablemente positiva". A estos potenciales accionistas también podría sumarse el presidente de Kiss FM, Blas Herrero, quien está dispuesto a entrar en el capital de Duro Felguera junto con otros inversores.
Aunque todavía no está definida, la idea es que la ampliación de capital se articule con derecho de suscripción preferente, en aras de mitigar el impacto sobre los accionistas actuales -fundamentalmente los minoritarios-. Todo este proceso se desarrolla en medio de las disputas de los principales socios de la empresa con la actual dirección. Las familias Álvarez Arrojo y Arias López, con el 20% y el 10% del accionariado, respectivamente, se han mostrado más partidarias, a priori, del concurso de acreedores. La capitalización de Duro Felguera alcanzaba el miércoles los 56 millones, por lo que un aumento de 120 millones supondría una dilución drástica para aquellos accionistas que no la respalden.
La otra pata del plan pasa por capitalizar la deuda, para lo que los bancos tendrían que asumir una quita. Santander, la entidad más expuesta, ha mostrado su disposición a que Duro Felguera no se convierta en una nueva Isolux, según fuentes financieras. Junto al banco rojo, CaixaBank, Bankia, Sabadell y BBVA son los mayores acreedores. Todos ellos han aceptado un acuerdo de espera (standstill) hasta el 15 de marzo. No obstante, los plazos con los que trabaja la compañía son más inmediatos. Presentará las cuentas de 2017 el 28 de febrero, con unas pérdidas millonarias -solo hasta septiembre se anotó unos números rojos de 11,5 millones y en diciembre asumió un deterioro adicional de 32 millones-.
Para ese día, Duro Felguera pretende arrojar luz sobre el plan de reestructuración que permita evitar el concurso de la sociedad cotizada más antigua de España y que emplea a 2.000 personas, la mayoría en Asturias.