
El fuerte encarecimiento registrado en el último año y medio por el aceite de oliva, con precios de más de seis por el litro de virgen extra en los supermercados, ha provocado un desplome sin precedentes en el consumo. De acuerdo con las últimas estadísticas oficiales de Anierac (la Asociación Nacional de Industriales, Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles), las ventas de aceite de oliva se redujeron en 2017 un 13,8%, hasta 296,5 millones de litros.
Pero lo peor es que el sector acumula ya tres años consecutivos de caída y desde 2014 el consumo se ha reducido así un 20%. Son en total 76 millones de litros menos. En el sector admiten que la fuerte subida de los precios, alrededor de un 40% en tan sólo 18 meses, ha provocado un desvío del consumo hacia los aceites de semilla, especialmente del girasol, que en el último año ha elevado sus ventas un 18,5%, hasta superar los 300 millones de litros.
Es algo especialmente significativo porque la última vez que el aceite de girasol consiguió superar en ventas al de oliva fue hace más de dos décadas. Ocurrió en 1996 y de forma totalmente excepcional debido a que se registró una producción muy corta, según explican en Anierac.
Las perspectivas además no son nada positivas porque la sequía que se está registrando desde hace meses ha recortado la producción, lo que imposibilita por lo tanto una bajada de los precios.
Desplome del oliva virgen
Y los datos para el sector del aceite de oliva son cada vez más alarmantes. De acuerdo con las cifras de Anierac, aunque la categoría de virgen extra apenas ha perdido un 1% de sus ventas en el último año, la de los vírgenes se hundió un 21,58%. Por su parte, las ventas del aceite de oliva suave cayeron un 17,41% y las del intenso un 24,15% respecto al año anterior.
Ante esta situación, el descenso en la venta de aceite de oliva a nivel nacional, que en el mercado no dudan de calificar como "preocupante", se ha podido compensar sin embargo con un fuerte aumento en el ámbito de las exportaciones. Y es que España sigue avanzando con paso firme y ha cerrado la campaña en el exterior con un total de 949.300 toneladas. Es una cifra que supone no sólo un incremento del 9,3% respecto a las 868.100 toneladas de la campaña anterior, sino cerrar la segunda mejor de la historia, por detrás tan sólo de la histórica de 2013/2014, cuando las exportaciones superaron los 1,1 millones de toneladas.