
Las catástrofes naturales como consecuencia del cambio climático se está convirtiendo en una gran amenaza para las compañías aseguradoras. El coste en indemnizaciones que tienen que pagar estas compañías por los desastres que originan huracanes, tifones o terremotos. Las principales firmas del sector están advirtiendo con cada vez más asiduidad sobre estos fenómenos, porque su número y su intensidad es creciente.
El consejero delegado de Zurich en nuestro país, Vicente Cancio, alerta de que en los últimos siete años, incluidos los huracanes de este verano en el Caribe y Estados Unidos y el terremoto de México, las aseguradoras han tenido que desembolsar 400.000 millones de dólares (350.000 millones de euros al cambio actual) por las catásfrofes medioambientales, una cifra que supera a ya en unos 50.000 millones de dólares (45.000 millones de euros) a los abonados en la década anterior.
Sólo el año pasado el coste para el sector supuso algo más de 54.000 millones de dólares (46.000 millones de euros), la cantidad más elevada para 2012. Se estima que esta cifra se superará este año con creces, hasta más que duplicarse.
Estos desastres están provocando una caída en las previsiones de beneficios de la aseguradoras a nivel mundial. En España, por ejemplo, Mapfre ha tenido que recortar sus estimaciones de rentabilidad para el periodo 2016-2018 debido al coste de 200 millones de las tragedias de EEUU y México.
Entre 1980 y 2016, según Munich Re, los huracanes y los ciclones tropicales causaron daños en todo el mundo por importe de más de 4,2 billones de dólares (3,6 millones de euros), de los que sólo tenía cobertura aseguradora 1,1 billones. Las zonas más afectadas fueron América del Norte y Asia, con daños de 1,6 billones de dólares respectivamente.
En nuestro país, según la Fundación Aon, las indemnizaciones por daños materiales causados por las tempestades ciclónicas ascendieron 877,27 millones de euros entre noviembre de 2005 y febrero de 2017, según del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS).
Los pagos más altos durante ese periodo correspondieron al huracán Klaus, que en septiembre de 2009 provocó 265.236 siniestros en las costas norte y levantina de España, que requirieron un desembolso en indemnizaciones de 549,52 millones de euros.