
Desconsolidaría los resultados y la deuda de Hochtief al controlar menos del 50% del capital. De los 32.000 millones que facturó el grupo en 2016, la alemana aportó 20.000 millones.
ACS ha estructurado la oferta competidora por Abertis a través de Hochtief en el objetivo de crear el mayor grupo de construcción y explotación de infraestructuras del mundo, por delante de la francesa Vinci. La compañía germana tendrá que acometer una ampliación por prácticamente el 50 por ciento del capital, que diluirá a ACS desde el 71,7 por ciento que controla en la actualidad hasta alrededor del 41,8 por ciento. Con ello, siempre que su oferta pública de adquisición (opa) triunfe, el grupo que preside Florentino Pérez desconsolidará de su balance su participación en Hochtief. Así evitará anotarse la deuda derivada de la operación, de casi 15.000 millones de euros, después de un lustro en el que ha realizado esfuerzos máximos para obtener el grado de inversión de las agencias de calificación, pero al mismo tiempo verá reducido drásticamente su tamaño, hasta situar su cifra de negocios en el nivel de 2005.
De acuerdo con la normativa vigente de contabilidad, ACS se apuntará su participación en Hochtief -siempre que baje del 50 por ciento- a través de puesta en equivalencia. De este modo, la actividad de construcción del gigante alemán, que incluye a la australiana Cimic y todas sus filiales y a otras empresas en Estados Unidos, como Plenary y Turner, saldría del balance de ACS, que se quedaría, eso sí, con el negocio de Dragados, así como de la concesionaria Iridium -a priori- y de la actividad industrial y de servicios -Clece-.
El plan de ACS es que Hochtief se fusione con Abertis, de forma que ésta abandonará su sede en España para trasladarla a Essen (Alemania) y saldrá de la bolsa española. Abertis dejará de ser, por tanto, una empresa española para serlo alemana. Y tampoco estará dentro del perímetro del Grupo ACS, por la desconsolidación mencionada.
En 2016, ACS registró unos ingresos de 31.975 millones de euros. Hochtief, por su parte, facturó 19.908 millones. La desconsolidación arrojaría una cifra de negocio para el grupo español de unos 12.000 millones, es decir, casi la tercera parte y al nivel que alcanzaba en 2005, cuando aún no había iniciado su aventura en Hochtief. Aquel año ingresó 12.114 millones. Lo mismo ocurrirá con el resultado bruto de explotación (ebitda) y el beneficio neto. Frente a los 2.023 millones de ebitda que obtuvo en 2016, ACS limitaría ahora la cifra a poco más de 900 millones, mientras que las ganancias bajarían de 751 millones a 430 millones de euros.
No obstante, la compra tendría un impacto inicial positivo de 300 millones de euros en el resultado neto, según una presentación que realizó ayer el grupo a analistas. Así, de los 763 millones estimados de beneficio se pasaría a 1.063 millones, un 39,3 por ciento más. Esto mejoraría en la misma proporción el beneficio por acción, hasta 3,38 euros y, dado el crecimiento que prevé tanto para ACS como para la nueva Hochtief, proyecta una subida media de entre el 25por ciento y el 35 por ciento hasta 2020.
Dudas sobre el dividendo
Los ajustes quedarían compensados por una política mucho más atractiva de Hochtief. Si gana la pugna con Atlantia y compra Abertis, la empresa grmana plantea elevar el pay out (retribución sobre beneficios) al 90 por ciento, frente al 55 por ciento que ofrecía hasta ahora.
La fusión con la concesionaria española, además, generaría unas sinergias que ayudarán, según el plan diseñado por la alemana, a incrementar su ebitda en un 10 por ciento anual en el periodo 2017-2019. Así, dentro de dos años, los 4.300 millones de ebitda que resultan de la combinación de Hochtief y Abertis actuales, se pasaría a alrededor de 5.100 millones. Esto tendría consecuencias positivas en el beneficio y, por tanto, en el dividendo.
Ahora bien, algunos analistas ponen en cuarentena que Hochtief pueda sostener en el tiempo un pay out del 90 por ciento, dado que la actividad de construcción "es muy intensiva en capital en las fases iniciales" y "si reparte un dividendo tan alto será difícil financiar los proyectos", señalan desde Renta 4.
"Necesitará fondos de alguna forma porque las agencias de calificación limitan el apalancamiento para otorgar el grado de inversión", abundan. No en vano, la retribución prometida por la compañía alemana, que seguiría presidida por Marcelino Fernández Verdes tras la fusión, está supeditada al mantenimiento de este grado de inversión. Para conservarlo, la empresa proyecta un programa de desinversiones de activos de Abertis por unos 5.000 millones.
La desconsolidación de Hochtief también tendrá impacto sobre la deuda de ACS. Después de rebajarla desde los 5.100 millones que acumulaba en 2012 hasta los 1.654 millones de junio, la perspectiva del mercado es que para este año la situará en torno a 680 millones y para 2018 ya se anotaría caja positiva. Este escenario ya lo tiene Hochtief, que presenta una tesorería de 3.311 millones y una deuda bruta de 2.680 millones, es decir, 631 millones de caja. Este importe resta en este momento en el endeudamiento de ACS, por lo que si concreta la compra de Abertis habría que sumarlo.
No obstante, según la presentación que hizo ayer ACS, la operación también rebajaría en 12.000 millones su pasivo, desde 27.000 millones a 15.000 millones de euros.