
"Un aperitivo". De esta manera describió este jueves Luis de Guindos, ministro de Economía, la fuga de empresas que se está registrando respecto a la que se podría producir si, finalmente, el Gobierno catalán activa la independencia. Hasta el lunes, de acuerdo con datos del Colegio de Registradores, un total de 917 empresas habrían decidido cambiar su domicilio social desde el 1 de octubre; sin embargo, podrían ser más las que ya han firmado la decisión y esperan para hacerlo público. | Guiño de Lidl a Puigdemont: se resiste a mudarse y discrimina el castellano
De acuerdo con fuentes notariales, existen empresas en Cataluña que ya han firmado el cambio social en Notaría, pero que todavía no lo han comunicado, por lo que estarían preparadas para dar el paso si la tensión lo hiciera necesario, o si aumentara la sensación de inseguridad jurídica a través de una hipotética activación de la declaración de independencia, como advirtió el jueves Carles Puigdemont.
Esta situación se produce porque los notarios no son los que están obligados a emitir al registro la información de los cambios de sede, sino que lo ofrecen como un servicio añadido y a petición de los clientes. "Son las empresas las que deben presentarlo al Registro Mercantil y algunas piden que los plazos de comunicación se retrasen o deciden encargarse ellas mismas", señalan estas fuentes.
Hasta el momento que el cambio de sede no está registrado no es efectivo, por lo que estas firmas ante notario podrían ser preventivas, para activarlas si la situación se convirtiera en crítica para los intereses de cada empresa. También podrían posponerse por una decisión de imagen.
Dado que la situación en Cataluña es tan tensa, y existe una amenaza clara de boicot, el no registrar la operación puede ser una forma de defensa para solamente herir sensibilidades en el caso de que sea totalmente necesario para preservar la seguridad jurídica del negocio.
De hecho, tal como adelantaba este jueves elEconomista, muchas empresas del sector del consumo mantienen un silencio absoluto sobre sus planes de contingencia para tratar de evitar el enfado, tanto de los consumidores no independentistas, como de los rupturistas. Aunque no existen datos del impacto en ingresos de los boicots, los avisos para evitarlos desde el gobierno son continuados, por lo que se presuponen importantes.
Barcelona, damnificada
La peor parte del éxodo empresarial lo está sufriendo Barcelona, que también es la que cuenta con una mayor concentración de negocios. De acuerdo con datos de los registradores, hasta el lunes, la capital catalana habría sufrido un 88% del total de fugas, con una pérdida de 708 compañías.
La segunda provincia catalana más damnificada por las fugas es Lleida, que ha perdido desde el pasado 2 de octubre un total de 48 empresas.