El comercio catalán ha entrado en una situación crítica, al borde de la recesión. La ofensiva independentista emprendida por la Generalitat y la consecuente tensión en las calles ha provocado una caída histórica de las ventas desde comienzos del mes de septiembre, amenazando la viabilidad de muchos pequeños comercios. Emiliano Maroto, secretario general de la Agrupació de Botiguers i Comerciants de Catalunya, asegura que "la caída se sitúa entre el 2 y el 3% en el conjunto del territorio, pero es mucho más acusada aún en el área de Barcelona, con descensos de hasta el 11%".
Cataluña es una de las comunidades autónomas donde el pequeño comercio tiene más fuerza de toda España, con cerca de 100.000 establecimientos, que dan empleo a un total de 350.000 personas, según los datos de la asociación. "Hay que tener en cuenta que son pequeñas empresas familiares, que como mucho tienen dos o tres empleados y que trabajan con márgenes pequeños, por lo que si la tensión política se prolonga puede ser terrible", advierte Maroto, que insiste en cualquier caso en que la caída de las ventas está afectando a todos por igual tanto a las tiendas de barrio como a las grandes superficies comerciales.
Evolución distinta
Aunque hay segmentos del mercado que están aún planos o con pequeños crecimientos, como el de la alimentación, otros están sufriendo cada vez más. Es el caso del textil, agravado además por las altas temperaturas, que han retrasado el inicio de la temporada de otoño/invierno, y, sobre todo, del equipamiento del hogar, uno de los que más está cayendo.
La gravedad de la situación es tal que, aunque la Agrupació de Botiguers i Comerciants de Catalunya evita en todo momento entrar en valoraciones políticas, sí que urge a la necesidad de acabar cuánto antes con la situación de inseguridad e incertidumbre que se ha generado. Todo ello además de rechazar también de forma tajante nuevas convocatorias de huelga, como la del pasado 3 de octubre en protesta por la actuación policial durante el referéndum ilegal celebrado dos días antes. "Es cierto que hay pueblos, especialmente en las comarcas del interior de Cataluña, donde las tiendas pueden estar dispuestas a paralizar la economía y decretar los días de huelga que haga falta, pero desde luego no es lo que desea la mayoría", insiste Maroto.
La situación es especialmente crítica en las áreas más céntricas y comerciales de la ciudad, donde las ventas se han visto seriamente afectadas por la inestabilidad, las manifestaciones y las concentraciones que se han producido entre finales de septiembre y mediados de octubre; con la zona del Paseo de Gracia, Rambla de Cataluña y Gran Vía como eje central de las protestas.
Una ruina
"Las ventas semanales desde el 25 de septiembre hasta el 15 de octubre han descendido entre un 20 y un 46% en las tiendas de ese área", señala una firma de moda que cuenta con varios establecimientos en el centro. "Para el comercio esta situación es una ruina que hace insostenible el negocio", añade, con el "consiguiente riesgo para los puestos de trabajo", apunta esta misma fuente.
Las zonas del Paseo de Gracia y de las Ramblas son de las más caras a nivel comercial de Barcelona y es donde están ubicadas las principales firmas de moda y lujo internacionales; entre otras razones porque cuentan con una elevada atracción de turismo.
Barcelona, tal como ha reconocido el propio ayuntamiento, se está viendo afectada por la caída de las reservas y también por la pérdida de visitantes. De hecho, el comercio no es el único que se está viendo afectado por la situación política y la hostelería sufre ya descensos de facturación de entre el 25 y el 30%, según han reconocido desde el Gremi de Restauració de Barcelona. Durante los nueve primeros meses del año, de acuerdo con datos del Puerto de Barcelona, el número de cruceristas que ha llegado a la Ciudad Condal ya ha retrocedido un 1,9%.
Desde la Asociación Amigos del Paseo de Gracia, compuesta por comerciantes y agrupaciones vecinales, confirman que la caída de las ventas en las últimas semanas rondaría el 20%. Su presidente, Luis Sans, señala que el descenso se debe a un menor gasto del comprador nacional, lo que podría estar incidiendo especialmente en las firmas que venden a españoles, y no tanto a los turistas; al menos por ahora.
Crecimiento en España
En la misma línea que la Agrupació de Botiguers i Comerciants de Catalunya, a nivel nacional, el secretario general de la Confederación Española de Comercio (CEC), José Guerrero, admite también que "la situación de incertidumbre y caída de la confianza de los consumidores se está notando", aunque insiste en que "todavía es pronto para hacer proyecciones sobre lo que va a pasar y la evolución que se puede registrar en los próximos meses, porque al contrario de lo que ocurre con otros sectores, como el del turismo o la hostelería, los efectos no son tan inmediatos".
El año pasado el crecimiento del pequeño comercio español se situó cerca del 3%, y aunque el objetivo de este año era situarse en una línea parecida, está habiendo una revisión de las previsiones, al igual que ocurre con el PIB. "Lo normal es que se crezca algo menos, en línea con la ralentización también del crecimiento del PIB", señala Guerrero.
Para la CEC lo más preocupante en este momento es lo que ocurre con el sector textil, debido al añadido del retraso en la llegada del frío: "Si se mantienen las altas temperaturas, va a ser catastrófico, porque habrá que vender con fuertes descuentos en noviembre y eso va a lastrar aún más los márgenes".