
La compañía estadounidense ha abierto una distancia en bolsa de 150 puntos porcentuales de rentabilidad con el conglomerado europeo. Es la distancia más abultada desde que en el año 2000 ambas alcanzaron el duopolio de la industria aeroespacial. Los analistas esperan que el fabricante con sede en Toulouse reaccione y reduzca este 'gap' histórico con su principal competidor
Airbus y Boeing. Boeing y Airbus. El control, casi total, que ambas mantienen de la industria aeroespacial es uno de los ejemplos de duopolio más claros en el mundo. Una posición privilegiada que se ha reflejado en bolsa, donde las acciones de la europea y la norteamericana, salvo en contadas excepciones, han ido de la mano, siendo esta correlación especialmente estrecha durante los últimos 5 ejercicios.
Hasta ahora. Desde mayo de este año, la verborrea bélica del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y las positivas expectativas de crecimiento han abierto la mayor brecha de rentabilidad a favor de Boeing -más expuesta al negocio de defensa- desde que en julio del 2000 distintos fabricantes del Viejo Continente, entre ellos la española CASA, se integraron en Airbus, formando el actual conglomerado.
Esta diferencia se ha marchado a cerca de 150 puntos porcentuales, cuando, en todos estos años, no ha superado los 20 enteros, ni a favor de la estadounidense, ni de la europea, en cerca de 2000 sesiones -lo que en cursos bursátiles se corresponde con, aproximadamente, ocho años-.
En los últimos meses, la balanza se ha decantado sustancialmente hacia Boeing, que se revaloriza un 454 por ciento, frente al 305 por ciento que sube Airbus desde que debutó en bolsa como grupo europeo, por la intención de Donald Trump de incrementar el gasto en defensa de Estados Unidos y por los mejores resultados trimestrales presentados. Sobre todo, por los que publicó a finales julio, con los que batió claramente las expectativas de los analistas. Desde entonces, la norteamericana repunta un 12 por ciento, mientras que Airbus, que decepcionó con sus cuentas correspondientes, ha caído un 5 por ciento.
La clave de este comportamiento está en que Boeing tiene una mayor exposición al negocio de la defensa, siendo, precisamente Estados Unidos su principal cliente. El peso de este segmento en sus ingresos totales al cierre de 2016 superó el 31 por ciento, aunque en 2013 llego a suponer un 38 por ciento. En Airbus, no alcanza el 18 por ciento.
La verdadera rivalidad
A largo plazo, la batalla estará en el negocio principal de ambas, el que se reparten a nivel mundial con permiso de la incipiente industria china: el diseño y la fabricación de aeronaves comerciales. En ese terreno, Airbus cuenta con la familia superventas de los modelos A320, los aviones de pasillo único en los que "se marca la diferencia", según remarca David H. Perry, analista de JP Morgan, porque son los que dejan más margen, frente a modelos más grandes como el A350 o el A380, en los que en el corto plazo ha encontrado problemas de demanda y de entrega por distintos fallos técnicos y por el tiempo extra que el petróleo barato ha concedido a las aerolíneas de cara a renovar sus flotas con aviones nuevos y más eficientes. "Los A320, además, han sufrido un tropiezo por los problemas que han causado los motores de Pratt & Whitney", incide George Ferguson, experto de Bloomberg, aunque David H. Perry lo considera "una debilidad temporal".
Esta postura se refleja en las estimaciones del consenso de mercado, que espera que Airbus eleve su beneficio bruto (ebitda) un 52 por ciento en los próximos tres años, frente al 39 por ciento que crecerá el de Boeing, según las mismas previsiones. El conglomerado europeo también elevará en mayor medida su margen bruto en este periodo, respecto a su principal rival. En concreto, 4,6 puntos, hasta el 12,5 por ciento, frente a los 2,3 enteros que lo mejorará hasta 2019 la norteamericana. "A partir de 2018 vemos un significativo potencial alcista en Airbus", continúa el analista de JP Morgan, quien apunta a que buscará cerrar la brecha que se ha abierto actualmente entre la cotización de sus acciones y la de los títulos de Boeing.
Hacia este objetivo se dirigen también las valoraciones del consenso. Un 67 por ciento de los expertos que siguen a la europea recomiendan comprar sus acciones, mientras que en el caso de la estadounidense, esta cifra se queda en un 52 por ciento. Airbus cuenta, además, con un potencial del 14 por ciento, hasta los 80,56 euros -zona de máximos históricos-. Estas fortalezas la han llevado a incorporarse al Top 10 por fundamentales, la herramienta de Ecotrader que selecciona las mejores ideas del mercado español.
La gran amenaza que a largo plazo puede truncar estas perspectivas no tiene que ver con la debilidad del crudo, ni con problemas en las entregas, ni siquiera con una menor demanda. La irrupción del fabricante chino Comac y de su C919 -ver gráfico-, comparable al A320 o al 737, es el verdadero dolor de cabeza de Airbus y Boeing. "No afectará a sus pedidos en la próxima década", considera George Ferguson, pero es un actor que ha llegado para cuestionar el duopolio de los dos gigantes occidentales.