Empresas y finanzas

El Gobierno anuncia el cierre definitivo de la central nuclear de Garoña

  • Alega falta de certidumbre política y discrepancias entre los accionistas

La central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) echará el cierre definitivo después de que el Gobierno haya acordado no autorizar la solicitud de renovación de autorización de la explotación de la planta, según ha anunciado el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, a una semana de que se cumpliese el plazo para que el Ejecutivo tomase una decisión. Cronología | La nuclear más antigua y símbolo para antinucleares.

En una rueda de prensa convocada este martes para informar de la decisión del Gobierno sobre el futuro de la planta nuclear burgalesa, la que más años ha operado en España, el ministro ha explicado que la orden ministerial que tiene que emitir el Gobierno al respecto "será la de denegación" de la continuidad de la explotación porque las "circunstancias actuales" no garantizan la suficiente certidumbre, en relación a la oposición de todos los grupos políticos de la oposición a la reapertura y a las discrepancias sobre la solicitud también expresadas por Iberdrola y Endesa. Desmantelar Garoña costará cerca de 600 millones.

La decisión del Gobierno se ha tomado seis meses después de que el pasado 8 de febrero el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) emitiera un informe favorable -con el voto en contra de la entonces consejera Cristina Narbona- a la renovación de la autorización de explotación sin una fecha determinada.

Este informe establecía un conjunto de diez condiciones, 15 instrucciones técnicas complementarias y un programa de pruebas de arranque en el que se verificaría el cumplimiento de todo ello, antes de que la central pudiera, en caso del permiso del Gobierno, volver a cargar combustible.

Nuclenor, Iberdrola y Endesa

Una vez emitido el informe favorable la pelota estaba en el tejado del Gobierno, ya que las empresas propietarias de Nuclenor, Iberdrola y Endesa, mantuvieron una reunión el 26 de abril de 2017 en la que no llegaron a un acuerdo sobre la propuesta de la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán para desistir de seguir adelante con la solicitud que formularon en 2014 para poner de nuevo en marcha el reactor burgalés hasta 2031.

De ese modo, Garoña se convertiría en la primera central nuclear en llegar hasta los 60 años de operación y abriría el camino al resto de centrales españolas, que se van acercando progresivamente hasta los 40 años de vida útil, en pleno proceso del Gobierno por definir el modelo energético del futuro.

No obstante, la planta, que contaba con permiso de explotación hasta el 6 de julio de 2013, dejó de producir electricidad ocho meses antes, en diciembre de 2012, a consecuencia de un nuevo impuesto sobre el combustible que estableció el Gobierno y que Nuclenor estimó que le supondría un coste inasumible.

Modificación de la normativa

Así, el plazo para que Nuclenor pudiera solicitar su renovación expiró y, ante la apuesta del Gobierno por que la planta pudiera seguir adelante, meses después, en enero de 2014, el Ejecutivo aprobó una modificación normativa por la que una central que no hubiera cerrado por motivos relacionados con la seguridad nuclear ni la protección física, es decir por causas económicas, tendría un plazo añadido de un año para replantearse la decisión y pedir una nueva autorización.

Con esta modificación, el titular presentó el 27 de mayo de 2014, una solicitud hasta el 2 de marzo de 2031, cuando cumpliría 60 años de operación, de acuerdo con la "práctica regulatoria existente en Estados Unidos" y porque consideraba que un marco temporal de explotación de "estas características es necesario para hacer viable el proyecto y proporcionaría la estabilidad y certidumbre adecuada para acometer las inversiones precisas".

Desde entonces, Nuclenor ha invertido en mantener la planta en una situación de reversibilidad unos 358 millones de euros y estos costes estarían en el centro de la discusión entre los accionistas de Garoña.

El 11 de julio, el Gobierno abrió un plazo de diez días para que once interesados presentasen alegaciones al proceso. De estos, presentaron alegaciones favorables a la continuidad la Junta de Castilla y León y la Asociación de Municipios de Áreas Nucleares (AMAC) y contrarias a esa decisión las ONG Greenpeace, Ecologistas en Acción y las comunidades autónomas de País Vasco y Navarra.

Historia

La central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) es la más antigua de España --después del cierre en 2006 de José Cabrera (Guadalajara)--, fue inaugurada en 1970 y terminó su actividad el 16 de diciembre de 2012, después de haber operado 42 años y medio.

En 2009, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) emitió un informe favorable por unanimidad a que la planta operase por 10 años más, hasta 2019. Si bien, el Gobierno autorizó su renovación hasta el 6 de julio de 2013.

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Comentarios 9

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BAJADA
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El PNV manda. El PP, bajada de pantalones.

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#1
IberLola
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Iberdrola le ha doblado el pulso a Nadal.

Con los impuestos que ha metido Montoro, lo mejor es cerrar el parque nuclear

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#2
Hurl
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Mas de 350 millones solo por mantenerla 'reversible' desde que cerró en 2012. Madre mía!

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#3
Vaya tontada
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Pues a comprar la cara electricidad francesa que si es nuclear y, en caso de accidente nuclear, Francia está muy cerca del país vasco.

Puntuación 0
#4
Paquito
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Naaaaada de nucleares, solo molinillos, panelitos, y cosas ricas...

Van a ver el resultado en su factura de la luz, y todavía nos recomiendan cochecitos eléctricos...

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#5
Pepito
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Lo mejor?? Que seguiremos comprando la energía a Francia más cara y creada es sus nucleares. País de tontos

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#6
Orgulloso catellano
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Como se nota bien son los ciudadanos de primera y los de segunda. Cuando la sede fiscal de la central están en Bilbao nadie pedía el cierre. En cuanto dejaron de culpar, resulta que hay que cerrarla. Esto debe ser eso de la plurinacionalalidad. No vamos a hablar de los miserables de los ecologistas, que son los perritos de los nazionalistas y de los grupos de izquierdas y les importa poco la ruina y miseria de una zona.

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#7
Orgulloso castellano
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No se por qué me han censurado antes pero vuelvo a reiterar lo de antes. Como se nota que los castellanos son ciudadanos de segunda frente a los vascos. Mientras la sede fiscal de Nuclenor estaba en Bilbao ningún ecologista ni nazionalista pedía el cierre. En cuanto se pasó al Valle de Tobalina comenzaron los problemas. Vamos, primer ensayo de la plurinacionalalidad, los vascos pueden mandar en el territorio de los demás .De ecologistas no voy a decir nada dado que siempre son los perritos falderos de las Nazionalistas y de los partidos de izquierda.

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#8
Paganini
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Que paguen el cierre los accionistas de Nuclenor. Solo faltaría que lo cara el Estado

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#9