
Japón está fomentando que sus habitantes se acostumbren a trabajar desde casa, ante el posible colapso del país que puede ocurrir cuando reciban a los espectadores que acudan a los Juegos Olímpicos de 2020, que se estima en 920.000 visitantes diarios. Este 24 de julio supone el inicio del primer ciclo de teletrabajo.
Con la población de Tokio de cerca de 14 millones de personas en el centro de la conurbación más grande del mundo de alrededor de 35 millones de personas -muchos de los cuales viajan al centro de la ciudad cada día-, el reto logístico de mover a todo el mundo superará a los que enfrentaron los organizadores de los juegos de Londres en 2012.
"No hay otra opción que pedir a los viajeros regulares que se queden en casa en vez de ir a sus oficinas", dijo Azuma Taguchi, profesor de la Universidad de Chuo en Tokio. La alternativa, añadió, era un hacinamiento que podría causar accidentes y retrasos.
Se espera que más de 750 empresas y organizaciones participen en la práctica del lunes, según el sitio web del Telework Day (Día del Teletrabajo). NTT Data, por ejemplo, esperaba que 7.600 empleados de su personal evitaran el desplazamiento diario en el período pico de las 8 a 10 horas.
El Ministerio del Interior dijo que llevará cerca de un mes recolectar los datos sobre cuántas personas participaron en lo que está programado para ser un evento anual. Mientras tanto, los usuarios de Twitter se dividieron en cuanto a los resultados: unos dijeron que los trenes estaban menos llenos de lo habitual; otros aseguraron que no notaron diferencias.
Taguchi, que ha desarrollado un simulador para el transporte en la ciudad durante los Juegos Olímpicos, dijo que al menos el 20% de los viajeros tendría que tomar parte en el Día del Teletrabajo para que este resulte eficaz.
Más ocio
Además de aliviar la congestión durante los juegos, el gobierno espera que se traduzca en prácticas laborales más flexibles.
El primer ministro Shinzo Abe se ha pronunciado a favor de cambiar la manera de trabajar de los japoneses, permitiendo que los empleados dispongan de más tiempo para dedicar a la familia y a las actividades de ocio, lo que puede impulsar el gasto del consumidor.
"Creo que aún puede haber alguna renuencia entre las compañías japonesas tradicionales que piensan que no encaja en su tipo de trabajo", dijo Jiro Akama, viceministro de Asuntos Internos, en una entrevista la semana pasada. "Pero queremos que prueben el teletrabajo".
Para brindar un servicio a los que no pueden trabajar desde el hogar, la compañía ferroviaria Tokyu ha abierto una red de 70 espacios de oficina compartidos. La compañía dice que la demanda está subiendo un 10% al año.