
"Openbank no será solo español, queremos llevarlo a otros países". La presidenta del Santander, Ana Botín, desvelaba así el giro de estrategia en la entidad que introdujo en España la banca telefónica en 1995 y hoy se reinvindica como el primer banco español cien por cien digital, gracias a una nueva plataforma informática que librará al cliente de pisar la sucursal incluso para darse de alta.
El consejero delegado de Openbank, Ezequiel Szafir, precisó que la hoja de ruta se encuentra aún en estudio y sin dibujar, pero en su destino caben tanto los mercados considerados core por el grupo -donde aglutina cuotas de negocio superiores al 10 por ciento-, como cualquier otro país donde ni siquiera haya filial física.
Su relanzamiento llega después de 15 meses dedicados a construir una potente plataforma tecnológica que permitirá introducir en una sola aplicación servicios normalmente disgregados en distintas soluciones -gestión de cuentas y ahorro, gestores de inversión u operativa pura bancaria- porque utiliza una infraestructura alojada en la nube. Las tuberías del nuevo Openbank han sido rediseñadas prácticamente desde cero para que su funcionalidad, agilidad y versatilidad sea máxima en la apuesta digital. Es clave para el Santander, que ambiciona que 30 millones de sus 125 millones de clientes en el mundo sean digitales en 2018; pero también de forma autónoma. "Cada 9 segundos hay un cliente nuevo digital en el Grupo y de aquí la importancia digital y de Openbank", refirió el director de Estrategia, del Santander Digital y del gabinete de Presidencia, Víctor Matarranz.
La nueva propuesta mantiene las condiciones de gratuidad en comisiones, tarjetas o transferencias de un banco online, con una oferta ahora integral en productos tradicionales -incorpora, por ejemplo, hipotecas propias- y propuestas novedosas, como facilitar el acceso a la arquitectura abierta de más de 500 fondos de inversión de gestoras internacionales o la operativa a 25 mercados. Pero la verdadera revolución, explicó el consejero delegado, es la capacidad de la plataforma para dar un servicio diseñado a la medida de cada cliente.
Emulando casi a las cuentas de las redes sociales, el sistema permitirá tunear la aplicación con fotos propias o un avatar, seleccionar las cuentas, tarjetas o posiciones que se quieren ver, fijar alertas y objetivos o visualizar gráficos en las pestañas reservadas a la inversión, con la posibilidad de cotejar estrategias con otros usuarios.
La aplicación utiliza tecnología de inteligencia artificial para adaptar la oferta a cada cliente e incrementar la seguridad, ante potenciales fraudes, aprendiendo de los hábitos y rutinas del usuario.