
El nombre Benetton sugiere pensar en prendas de colores alegres y publicidades polémicas. La realidad, sin embargo, es que para la familia de empresarios transalpinos las autopistas y los aeropuertos han reemplazado desde hace tiempo la moda como principal fuente de ingresos.
La imagen de los cuatro hermanos de Ponzano Veneto (pueblo a unos 50 kilómetros de Venecia) sigue vinculada a la empresa textil que fundaron en 1965, pero la familia supo enfrentarse a tiempo al ocaso de la marca de moda. "Esta ha sido una empresa da grandísimo éxito. Pero hay que decirlo: dejó de ser competitiva al comienzo de los años 2000", dijo Alessandro Benetton, representante de la segunda generación familiar, al ser nombrado presidente de la casa de moda Benetton Group en 2012. Aquel año, la familia decidió delistar la empresa textil de la Bolsa de Milán para intentar un relanzamiento que, sin embargo, no ha tenido éxito. Como el grupo ahora es controlado únicamente por la familia, el balance de 2016 no ha sido divulgado; sin embargo la prensa italiana, citando fuentes próximas a los accionistas, indica un considerable aumento de las pérdidas (que en 2015 eran de 46 millones) y una sensible reducción de los ingresos. La suerte -o más bien la habilidad- de los Benetton es que, además de la moda, Edizione, el 'holding' de la familia, tiene negocios muchos más rentables en infraestructuras, comercio, además de participaciones en medios y grupos financieros, con un patrimonio conjunto de los cuatros hermanos (Luciano, Giuliana, Carlo e Gilberto) que, según la revista 'Forbe', roza los 12.000 millones de euros.
Junto a Atlantia, en el sector del transporte, los Benetton poseen una cuota del aeropuerto de Florencia y tienen una partipación en Grandi Stazioni, sociedad que gestiona los espacios comerciales en las 14 principales estaciones de ferrocarriles italianas. También en el comercio, la familia es accionista de control de Autogrill, cadena internacional de restaurantes de autoservicios (con un volumen de negocio que en 2016 alcanzó los 4.500 millones de euros y un beneficio que roza los 100 millones). El 'holding' Edizione además controla Maccarese, uno de los principales operadores del sector agrícola transalpino, con grandes propiedades también en Argentina. La familia tiene participaciones minoritarias en otros grandes grupos financieros y mediáticos (Assicurazioni Generali, Mediobanca, Il Sole 24 Ore, Caltagirone Editore). Pero todos los negocios más importantes de Edizione tienen algo en común: se trata de antiguos monopolios privatizados en los 90. Es el caso de Atlantia (la antigua Società Autostrade privatizada en 1999) pero también de Autogrill (vendido por IRI, la Sepi italiana, en 1995) y de Maccarese (cedida en 1998). Mientras su negocio en la moda empezaba a cojear, la familia de Ponzano Veneto supo poner en valor las antiguas sociedades públicas que había comprado: Autogrill, por ejemplo, ha pasado de ser la operadora de los autoservicios italianos a liderar el mercado global de los restaurantes en autopistas y aeropuertos, con 4.200 puntos de venta en 30 paíises. Estados Unidos y Europa son hoy los principales mercados del grupo. En España, la sociedad empezó a operar en 1993 a través de una unión al 50 por ciento con Cepsa en la cadena de restaurantes Procace. Y durante los últimos años creció fundiéndose con la empresa de restauración Harmesa y Arhos y adquiriendo, en el ámbito ferroviario, Receco. Los Benetton, además, siempre se han caracterizado por sus buenas relaciones con la política.