
La caída de la libra por el Brexit ha dejado su sello en los resultados de EasyJet. La aerolínea de bajo coste ha cerrado su primer semestre fiscal con unas pérdidas de 192 millones de libras (unos 224 millones de euros a cambio actual) frente a los 14 millones de libras que se dejó en el mismo periodo de 2015. La compañía asegura que tras el resultado se encuentra un impacto de 80 millones de libras por la depreciación de la divisa británica y otro de 45 millones por el efecto del calendario ya que la Semana Santa ha caído en abril.
Desde EasyJet resaltan la fortaleza de la compañía y defienden que la situación es coyuntural por lo que esperan cerrar el ejercicio en positivo. "No damos previsiones sobre el cierre de año, pero estamos cómodos con el consenso del mercado que prevé unos beneficios de 300 millones de libras para Easyjet al final del año", explicó a este diario Javier Gándara, director general de EasyJet para España, Portugal y Países Bajos. En este punto, Gándara quiso recordar que el primer semestre es el más flojo para EasyJet y que suelen cerrarlo en rojo, aunque el balance global sea positivo.
Así, el directivo de la low cost británica explicó que el efecto Brexit por la caída de la libra ya está superado, puesto que la divisa se ha estabilizado y aseguró que no ha habido otro tipo de consecuencias, ya que "hay más demanda que nunca". No en vano, la ocupación de los aviones de EasyJet ha subido al 90,2 por ciento (ver gráfico) y ha transportado 33 millones de pasajeros, un 9 por ciento más que en el mismo periodo de 2016. Así, los ingresos totales de la firma han crecido un 3,2 por ciento a los 1.827 millones de libras (2.131 millones de euros), pese a que los ingresos por asiento han caído un 4,8 por ciento, incluyendo el efecto de la caída de la libra, y un 9,8 por ciento a tipos constantes debido a la guerra de precios que todavía se vive en Europa.
Aviones más grandes
Pese a la incertidumbre generada por el Brexit, EasyJet sigue adelante con sus planes de crecimiento dentro y fuera de Reino Unido. Por un lado, sigue trabajando en el proceso para conseguir un certificado de vuelo europeo y mantener el 60 por ciento de su red y por el otro ha decidido cambiar su contrato con Airbus y recibir veinte A321 neo en vez de los A320 previstos. La configuración del A321 tiene 233 asientos y la de su hermano pequeño, 187 plazas. Con este cambio, la firma busca meter más capacidad en las rutas más densificadas de los aeropuertos más saturados, como Orly (París) o Schiphol (Amsterdam) y abaratar el coste unitario.