Empresas y finanzas

Alitalia afronta un futuro incierto tras recibir 8.000 millones en ayudas

  • El gobierno inyectará 600 millones para ganar tiempo y buscar comprador...
  • ... Si no llega, el futuro de la aerolínea se acerca al cierre
Aviones de Alitalia

El Gobierno de Italia ha dado tiempo a Alitalia para que encuentre un comprador. Si este no llega, el futuro de la compañía está en el aire. La aerolínea de bandera italiana solicitó el concurso de acreedores la semana pasada después de que su plantilla rechazara un recorte de sus sueldos y el plan de reestructuración basado en nuevos despidos -2.500 sobre una plantilla de 12.000 trabajadores- que llevaba asociado una inversión de 2.000 millones.

La complicada situación que atraviesa la compañía, que no es la primera vez que se declara en quiebra, ha obligado al Ejecutivo a inyectar 600 millones de euros para evitar que cierre de la noche a la mañana. Este balón de oxígeno se suma a los 7.400 millones de euros que la firma ya ha costado a las arcas públicas, según los datos revelados por Mediabanca. Pero el Estado no es el único que ha tratado de salvar a la firma: en 2014 fue el turno de Etihad Airways, que invirtió 560 millones de euros.

Dinero que se ha esfumado igual que las ayudas públicas de las últimas décadas. A pesar de las ayudas y de que en 2008 Silvio Berlusconi, tras ganar las elecciones, decidiera entregar Alitalia a un grupo de empresarios italianos, mientras el Estado se hacía cargo de las pérdidas, la firma tiene deudas por valor de unos 3.000 millones de euros a fecha de 28 de febrero, pierde casi 2 millones de euros cada día y cerró 2016 con unos números rojos de alrededor de 500 millones de euros. En 2015 perdió 199 millones de euros.

A su vez, en un documento que marca la apertura del proceso especial de administración y el nombramiento de tres comisarios que dirigirán la aerolínea a partir de ahora, el Gobierno dijo el sábado que Alitalia tenía pasivos por alrededor de 2.300 millones de euros y activos por 921 millones. Además de la inyección de 600 millones, el Ejecutivo italiano nombró a Luigi Gubitosi, antiguo director general de la televisión pública RAI, como administrador junto a otros dos ejecutivos -Enrico Laghi y Stefano Paoleari-, que se encargarán de la gestión hasta la venta.

¿Interés en el mercado?

El problema está en que a pesar de las quinielas que se están moviendo en el mercado -Lufthansa y Ryanair han saltado como posibles compradores- no parece que la aerolínea despierte el interés de ningún grupo europeo. "Comprarla implica llevar a cabo un fuerte proceso de ajuste y reestructuración simplemente para empatar con el resto de las compañías. No da ninguna ventaja competitiva. Merece más la pena intentar crecer en Italia de forma orgánica", aseguran fuentes del sector. Por su parte, Lufthansa tiene que hacer frente a su propio ajuste y Ryanair no está interesado en comprar. Así, parece que un cierre ordenado puede entrar en los planes del Gobierno de Gentiloni, aunque la prensa local baraja la posibilidad de que Renzi, de cara a las próximas generales, esté estudiando un plan con el concurso de algunos inversores públicos junto a uno extranjero. Lo cierto es que Renzi no quiere una quiebra (-o cierre-) antes de que se vote.

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