
Los nuevos desarrollos tecnológicos, la hiperconectividad y la globalización de la economía están planteando importantes oportunidades y retos a nuestra economía. La industria también debe abordar estas oportunidades y retos, para evolucionar y posicionarse como un sector fuerte, competitivo y de referencia internacional". Así lo leemos en la web del Ministerio de Economía y Competitividad. El mensaje es claro y parece que la apuesta del Ejecutivo por la industria 4.0 es firme. Sin embargo, a juzgar por las partidas asignadas a estos fines en los Presupuestos Generales del Estado -que se encuentran en estos días en su tramitación parlamentaria- da la sensación de que tendrán que ser las empresas las que corran con ese riesgo y con la mayor parte de la inversión.
El Gobierno contempla una partida raquítica de 25 millones de euros a su programa de desarrollo industrial, lo que significa un descenso del 60,8 por ciento desde los 63,8 millones que asignó en el ejercicio anterior a este mismo objetivo. La meta de esa partida es fortalecer el peso de la industria en el PIB, pero todo parece indicar que la mejora del turismo y el repunte del precio de la vivienda, con la reactivación del inmobiliario, seguirán priorizando como motores económicos. Este año, ni siquiera en el resumen general de las principales partidas de los PGE aparece el epígrafe de industria junto a los de educación, sanidad, pensiones...
Iniciativas en suspenso
Dentro de esos esfuerzos, que podrían quedar malogrados a partir de ahora, podemos recordar el plan de ayudas a los empresarios Reindus. También merece especial mención la iniciativa Industria Conectada 4.0. En la última convocatoria de estas ayudas, la de 2016, se contemplaba una partida de 97.524.450 euros. En este caso, la financiación alcanzaba el 70 por ciento del coste del proyecto de investigación industrial en pequeñas empresas. "Esta actuación tiene como objetivo apoyar la incorporación de conocimientos, tecnologías e innovaciones destinadas a la digitalización de los procesos y a la creación de productos y servicios tecnológicamente avanzados y de mayor valor añadido en las empresas industriales"; así lo leemos en las bases de su anterior convocatoria.
Si volvemos a las grandes cifras que sustentan este proyecto de Presupuestos Generales del Estado, se prevé que la tasa de paro se sitúe a finales de este año en el 16,6 por ciento de la población activa tras crearse otros 506.000 empleos -superando los 19 millones de ocupados-. Para intentar que parte de esos nuevos trabajadores se creen en la industria, el Gobierno sí ha contemplado un plan de 800 millones de euros a préstamos para financiar proyectos empresariales de I+D, en el marco del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica. Esta partida será gestionada por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), que será el organismo que convocará esos préstamos. "El objetivo de esta actuación es lograr que las empresas españolas incrementen su competitividad a través de la generación e incorporación de conocimientos, tecnologías e innovaciones destinadas a la mejora de procesos y la creación de productos y servicios tecnológicamente avanzados y de mayor valor añadido, entre otros", explica el Ministerio.
Estos 800 millones se financiarán con cargo a fondos propios del CDTI y al Programa Operativo de Crecimiento Inteligente 2014-2020 del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder). Los préstamos se concederán a diez años, con tres años de carencia, y con un tipo de interés Euribor a un año, mientras que el importe del préstamo a conceder será del 75 por ciento aprobado, y hasta el 85 por ciento, excepcionalmente.
Puesto 45 en digitalización
Todo lo anterior consolida que nuestro país ocupe el puesto 45 en digitalización, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), pese a estar considerada la 15ª potencia económica. La presidenta de Siemens España, Rosa García, en un foro reciente, consideraba necesario que el Gobierno y las empresas inviertan más para ganar en competitividad. "Desde 2001, las empresas grandes han reducido su inversión tecnológica en un 33 por ciento y las pequeñas en un 71 por ciento, unas cifras preocupantes que se deberían revertir", explicaba García entonces. Esta directiva es una de las voces destacadas que culpa al Gobierno de estas desinversiones y que lastrarán el desarrollo de esta actividad.
Si miramos al resto del continente europeo, a lo que sucede en los países de nuestro entorno, el modelo alemán sobresale: allí, los fondos aportados por las empresas suponen el 66 por ciento de la inversión nacional en investigación y desarrollo, frente al 33 por ciento que vienen aportando las compañías españolas. Según un estudio de Siemens y la consultora Roland Berger, solo el 33 por ciento de las empresas de nuestro país afirma tener un plan estable de digitalización a medio y largo plazo. Entre sus conclusiones, también destaca el hecho de que el 28 por ciento reconozca no tener a nadie en la empresa que se encargue de aplicar estas estrategias. Según las conclusiones de este mismo informe de Siemens, "la digitalización de los procesos podría disminuir los costes de producción en un 20 por ciento e incrementar el valor de la producción en 120.000 millones de euros para el año 2025".