
El máximo ejecutivo de JP Morgan, Jamie Dimon, está tratando de reconvertir un aburrido club de ejecutivos de alto nivel en un poderoso grupo de presión, aprovechando la agenda económica partidaria de las grandes compañías que mantiene la administración Trump.
Dimon asumió en enero la presidencia de The Business Roundtable, una agrupación de 200 dirigentes de empresa. En menos de tres meses está reorganizando la estructura interna, empezando por contratar como presidente de la mesa redonda a Joshua Bolten, ex jefe de gabinete de la Casa Blanca durante el gobierno del presidente George W. Bush. Dimon también ha fijado una agenda de trabajo centrada en solo tres prioridades: legislación tributaria, reforma de la regulación y gasto en infraestructura.
"Soy un patriota, quiero que a este país le vaya mejor", dijo Dimon en una entrevista. "La política pública es un área en la que no hemos hecho un buen trabajo. En vez de que los republicanos y los demócratas se acusen mutuamente, participemos, hablemos sobre las soluciones".
No es fácil
Esta semana, la mesa redonda tiene previsto celebrar su primera reunión en Washington desde que Dimon asumió su cargo. Los miembros se reunirán con legisladores y funcionarios del gobierno de Trump, incluidos el secretario de Comercio, Wilbur Ross, y el director de la Oficina de Administración y Presupuesto, Mick Mulvaney.
Puede que a Dimon no le resulte fácil revitalizar la mesa redonda, entre cuyos miembros se cuentan los responsables de compañías como 3M, General Electric y Visa.
Pese a que el hecho de que la asociación esté integrada exclusivamente por directores ejecutivos le es favorable, los ejecutivos a menudo han tenido dificultades para llegar a un consenso sobre cuestiones clave. El debate actual sobre si el Congreso debe aplicar un impuesto fronterizo a las importaciones, así como conceder exenciones fiscales a las exportaciones, es un ejemplo pertinente, porque enfrenta a los minoristas con los fabricantes.
Además, en el pasado la mesa redonda no se hizo famosa por participar en peleas legislativas de forma clara. No tiene un comité de acción política para dirigir las contribuciones a los legisladores ni da su apoyo a los candidatos, dos métodos probados para garantizar que la acción de lobby dé resultado y han sido utilizados con gran éxito por otras grandes agrupaciones empresariales como la Cámara de Comercio de los Estados Unidos.
Empresas vilipendiadas
Sin embargo, Dimon dijo que él y los demás ejecutivos ven una oportunidad que difícilmente merecía la pena aprovechar durante la presidencia de Barack Obama. "En los últimos ocho años, no oímos hablar en absoluto de una agenda de crecimiento", aseveró Dimon.
Otros ejecutivos parecen compartir la opinión de que el clima de negocios está mejorando. El martes, la mesa redonda publicó una encuesta económica trimestral a 141 CEOs que mostró que sus expectativas de ventas y contratación en los próximos seis meses han aumentado.
Dimon comparte gran parte del mensaje económico de Donald Trump y es miembro del consejo asesor de negocios del presidente. Este demócrata de toda la vida ha dicho que se sintió frustrado por opiniones que consideraba contrarias a las empresas y Wall Street que comenzaron a imponerse en el partido bajo el gobierno de Obama. Por ello, Dimon ha dicho recientemente que ya apenas puede considerarse a sí mismo un demócrata.