Empresas y finanzas

Monje, extesorera del Barça, negocia la venta de Assignia a la china HNA

  • La constructora presenta un ERE en España para 200 trabajadores
Susana Monje, accionista de control de Assignia. Imagen de EFE

El grupo chino HNA, primer accionista de NH Hotel Group, está interesado en adquirir Assignia Infraestructuras, controlada por la familia asturiana Monje Tuñón. La constructora propiedad del Grupo Essentium se halla en preconcurso de acreedores desde el 1 de diciembre pasado, al no lograr un acuerdo con la banca para refinanciar una deuda que, en total, alcanza los 124,38 millones. En este escenario, acaba de presentar un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará a 200 trabajadores en España, sobre una plantilla de 1.600.

Tras abandonar la presidencia del grupo en 2015, Susana Monje, extesorera y exvicepresidenta del F. C. Barcelona, ha vuelto a la primera fila para pilotar el proceso. Son el Banco Santander, agente director del pool financiero, y la propia Monje quienes lideran la búsqueda de un comprador para Assignia. Fuentes financieras explican que "llegados a este punto es la única solución". De lo contrario, el desenlace apunta a su liquidación.

De acuerdo con varias fuentes distintas próximas al proceso, "HNA es una de las empresas con las que hay negociaciones". Hay otros cuatro grupos empresariales con los que se mantienen conversaciones. La familia Monje está dispuesta a perder el control o, incluso, a salir completamente del capital. El objetivo es salvar la firma.

Con Assignia, HNA colmaría su pretensión de entrar en el negocio de la construcción en España. En el pasado se interesó por OHL y, más recientemente -en junio de 2016-, se acercó a Isolux.

El plan de viabilidad elaborado por Deloitte en verano no convenció a los bancos. Así, el 31 de diciembre venció la deuda financiera, de aproximadamente 44 millones. Este crédito deriva de la compra de Constructora Hispánica en 2010. Un mes antes, ante el desarrollo de las negociaciones, Assignia optó por protegerse con el preconcurso.

Ante el vencimiento de la deuda, las líneas de crédito se han cerrado para Assignia, que "ha empezado a impagar el confirming y los avales y la situación de circulante está empeorando", apuntan fuentes financieras. Debe, además, las nóminas de buena parte de la plantilla desde agosto y se enfrenta a decenas de demandas por extinción de contrato.

Desinvertir en activos

En las últimas semanas, la dirección ha planteado a los trabajadores un plan de bajas retribuidas y hace unos días dio un paso más al comunicar la apertura de un ERE en España, donde ha acusado la caída de la contratación pública.

El mercado nacional concentra a más de 1.000 de los 1.600 empleados de Assignia -opera en 14 países-, pero apenas supone el 20% de la cartera (700 millones). En 2015, ingresó un 12% más, hasta 250 millones, y el resultado operativo fue positivo (18 millones), pero los gastos financieros, sobre todo, convirtieron el beneficio en pérdidas (de 4 millones).

Para pagar las nóminas y el ERE, y en paralelo a la entrada de un socio en el capital, la compañía trabaja en el traspaso de activos, como dos fotovoltaicas en Sevilla, edificios en Madrid (en las calles Asunción Castell y La Coruña), solares y concesiones como el Hospital del Tajo (Aranjuez), tal y como recogía el plan de Deloitte.

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