
El consejero delegado del Banco Popular, Pedro Larena, ha afirmado este jueves que las entidades financieras han de cobrar por los servicios que prestan, incluidos los digitales, y ha señalado que los márgenes financieros se encuentran muy presionados en el contexto actual.
"O se cobra por los servicios que prestamos o se aumentan los riesgos para conseguir más rentabilidad, lo que no es admisible", ha advertido Larena durante su intervención en el 12 Encuentro del sector bancario, organizado por IESE y EY.
A lo largo de su presentación, el consejero delegado de Popular ha explicado que la banca minorista hoy día se está viendo afectada por los bajos tipos de interés, la ralentización del crecimiento económico, la hiperregulación y la digitalización.
"La banca minorista es ese mundo donde no se siente dolor, ni la pena ni el cansancio y donde solo se trabaja, además muy duro", ha ejemplificado el directivo, quien ha apuntado que este modo de hacer banca es "el centro del mundo", puesto que ayuda a familias, pymes y autónomos.
Larena ha indicado que los nuevos tiempos están haciendo que a los bancos les salgan "competidores como churros" que les quitan "la comida del plato", dado que van a las facetas más rentables del negocio bancario, y se ha quejado de que la sobrerregulación está impidiendo a las entidades financieras defenderse. Sin embargo, también ve un aliado en la digitalización, ya que permite a los bancos reducir costes y aumentar los ingresos.
Nuevo perfil cliente
En este contexto, ha mencionado que el perfil de los clientes está cambiando y ahora están más informados gracias a las redes sociales, en las que también ve una amenaza.
"Hace años, solo existían las reclamaciones al Banco de España y el servicio de atención al cliente. Ahora tenemos las redes sociales, en las que los clientes van repartiendo opiniones, lo que afecta directamente a la reputación del banco, que vive de ella", ha destacado, al tiempo que ha subrayado que la experiencia del cliente se ha convertido en algo clave.
En el nuevo ecosistema, Popular se ha marcado cuatro objetivos a alcanzar: conseguir ofrecer la máxima rentabilidad para el cliente, aumentar la eficiencia, reducir los costes y reforzar la imagen de marca.
Pese al avance de la digitalización en la banca y al aumento de las operaciones a través de Internet o vía móvil, Larena cree que las oficinas bancarias continuarán existiendo, ya que son un complemento esencial para el cliente.
No obstante, entiende que hay que cambiar su dimensión y rediseñarlas. "Tenemos que cambiar el modo de actuar de las oficinas y dar un vuelco a las tareas que se hacen", ha resaltado, al tiempo que ha matizado que la generación de ingresos en el mundo digital todavía es limitable y hay que compensarlo con las oficinas.
"Un banco herido"
El consejero delegado de Popular ha afirmado que la entidad es un banco "herido que se está recuperando en la actualidad y que es consciente de lo que le pasa", por lo que está inmerso en un proceso de renovación y transformación.
Y ha insistido en que Popular es "un bancazo". "Cada día me gusta más", ha dicho. El directivo ha recalcado que el banco tiene una fortaleza "enorme", pero también tiene una serie de dificultades que tienen que ver con "una decisión estratégica que se tomó en un momento no adecuado", en referencia a la no cesión a Sareb de activos inmobiliarios improductivos.
"Nos tenemos que librar de ella, de toda la parte inmobiliaria de activos improductivos", ha explicado Larena, quien ha manifestado que, al margen, Popular tiene un negocio que sabe hacer y que va bien, relacionado con las pymes.
De hecho, el consejero delegado ha retomado los datos publicados por la Autoridad Bancaria Europea (EBA) y ha mencionado que la cuota de mercado en este segmento ha pasado en los últimos meses del 17% al 17,8%. "Seguimos creciendo en los segmentos en los que somos buenos. Esa franquicia es una joya", ha destacado.
Larena ha confesado que al llegar a la entidad se encontró con un equipo humano "buenísimo", con gente "con una lealtad y un sentido común tremendo", a la que no le gusta "nada" lo que está sucediendo en la entidad.
"En Popular no estamos acostumbrados a aparecer en los periódicos todos los días. Llevamos mucho tiempo apareciendo en los periódicos por cosas que no tienen que ver con el negocio, que no nos importan nada y que se solucionan con el trabajo", ha lamentado.
El banco atraviesa en las últimas semanas un cambio en su presidencia después de que el consejo de administración abriera un proceso para relevar a su actual presidente, Ángel Ron, para sustituirlo por Emilio Saracho. Está previsto que el cambio se produzca en el primer trimestre de 2017.
Larena ha descrito a Ron como un "tío fantástico, un banquero de toda la vida y una gran persona", mientras que de Saracho ha dicho que es una "joya, con una gran experiencia, muy listo y con mucho conocimiento del sector bancario". También ha desvelado que se han conocido hace poco.