
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) ha alcanzado un acuerdo para reducir las emisiones de CO2 de la aviación, algo que no se incluyó en el Acuerdo climático alcanzado en París el año pasado.
La aviación es responsable del 2% de las emisiones globales de carbono y el incremento previsto en el transporte aéreo durante las próximas décadas auguraba que se iban a multiplicar.
Sin embargo, los avances tecnológicos recientes -sobre todo en combustibles alternativos al queroseno- han permitido que la industria alcance un primer compromiso que, según ha afirmado la patronal europea (A4E), no mermará su competitividad; tanto Boeing como Airbus han saludado el acontecimiento.
El pacto, denominado Acuerdo Internacional para la Reducción de Emisiones de CO2 en la Aviación (Corsia por sus siglas en inglés) tendrá efecto a partir de 2021 y se extenderá hasta 2035.
Sistema de comercio
Se establecerá un mecanismo de comercio de CO2 similar al europeo: las aerolíneas que superen las emisiones asignadas deberán adquirir derechos de emisión a otra compañía o establecer medidas compensatorias. Hasta 2023 afectará a los nuevos aviones y a partir de ese año a los aeroplanos todavía en fabricación.
La participación hasta 2026 será voluntaria, pero al año siguiente pasará a ser obligatoria. No obstante, se han aceptado excepciones para los países en desarrollo y aquellos con niveles muy bajos de actividad de la aviación internacional.
A largo plazo, la industria aérea aspira a reducir las emisiones un 50% en 2050.