Empresas y finanzas

El sistema gasista estrena una nueva operativa con tarifas disuasorias

  • Las transacciones económicas del gas deben reflejarse físicamente cada día
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El pasado sábado, 1 de octubre, entraron en vigor las normas de balance del sistema gasista, un nuevo modus operandi. Si antes los agentes podían comprar y vender el gas sin que las transacciones económicas tuvieran un reflejo directo en el volumen físico del hidrocarburo en el sistema, ahora no es así: cada día las compras y ventas han de cuadrar con las entradas y salidas de gas de las distintas instalaciones, so pena de sufrir tarifas elevadas.

El sistema gasista, formado por 12.000 kilómetros de gasoductos de alta presión, siete plantas de regasifación -una hibernada-, cuatro almacenes subterráneos, 19 estaciones de compresión y seis conexiones internacionales, contiene el hidrocarburo a una presión determinada, que le permite fluir de un punto a otro, para cubrir las necesidades de los distintos actores.

Enagás, Gestor Técnico del Sistema, se encarga de que funcione correctamente y de aplicar a cada agente del mercado -comercializadores, gestores de las redes de transporte o distribución y consumidores directos- los peajes que correspondan, ya sea por sacar el gas de un almacén subterráneo, cargar un buque metanero, suministrar el hidrocarburo a los consumidores u otra operación.

Mantener el equilibrio

Hasta el pasado 1 de octubre, las compras y las ventas de gas no tenían un reflejo directo en el volumen de gas del sistema: Enagás disponía de 150 GWh del hidrocarburo -denominado gas de maniobra en la jerga sectorial- para mantenerlo equilibrado, en condiciones normales de operación, hasta que las transacciones económicas se reflejasen físicamente.

Pero desde el sábado, Enagás ha dejado de acomodar la operación del sistema a la oferta y la demanda, y ahora son los propios actores los que deben asegurarse de que, diariamente, sus operaciones se corresponden con el volumen de gas del sistema; en la jerga sectorial se dice que tienen que acabar la jornada balanceados.

Si concluye la sesión y las posiciones de los agentes no cuadran con el volumen físico del gas, Enagás actúa para corregirlo y les aplica una nueva tarifa de desbalance: si les falta gas, ésta equivale al precio máximo de compra que se haya registrado en el mercado diario (Mibgas); si les sobra, equivale al precio mínimo de venta.

Balance virtual y concreto

El balanceo se puede hacer en la red de transporte -el Punto Virtual de Balance- o en puntos concretos de la misma, como una regasificadora o la frontera de una red de distribución, teniendo en cuenta los peajes correspondientes.

Una nueva y potente plataforma informática, gestionada por Enagás, estructura el mecanismo. Su impacto económico aún se desconoce, pero revertirá en las cuentas del sistema gasista, reduciendo la factura final de los consumidores.

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