La firma de moda juvenil estadounidense sigue sin levantar cabeza. Las ventas de Abercrombie & Fitch cayeron por decimocuarto trimestre consecutivo entre abril y junio y las pérdidas superaron las previsiones de los analistas. El declive fue impulsado por el menor tráfico y el menor interés de los turistas en sus flagship stores, aquellas que se hicieron famosas por contratar a modelos como dependientes.
En concreto, las ventas comparables en tiendas abiertas al menos hace un año cayeron un 7%, por encima del 6,5% esperado por los analistas. Además, el volumen de negocio total cayó un 4,2%, hasta los 783,2 millones de dólares, en línea con los 782 millones calculados por Thomson Reuters.
Las pérdidas, por su parte, se incrementaron de 810.000 dólares a 13,1 millones de dólares. Excluyendo extraordinarias, la cifra supone 25 centavos por acción, cuando los expertos esperaban 20 centavos. La compañía se hunde un 12% en el mercado tras la presentación de las cuentas.
Reducción del tamaño de la empresa
Estos resultados suponen un nuevo revés, ya que también se desplomó en bolsa en mayo cuando decepcionó con sus resultados del primer trimestre.
Arthur Martinez, presidente ejecutivo de la firma, reconoció los problemas en un comunicado: "Las tiendas de referencias y el turismo continuaron siendo las principales causas de la caída de las ventas". Además, añadió que no espera que mejore el resto del año.
En este sentido, Abercrombie anunció planes para cerrar más tiendas, continuando un proceso que reducido el tamaño de la cadena en un tercio en los últimos seis años y actualmente tiene 744 locales y 182 en el extranjero. Así, cerrará otras 60 localizaciones en EEUU, aunque también abrirá otras 5 en su país de origen y otras 10 en los mercados internacionales, especialmente en China, así como seis nuevas tiendas outlet.