
Abengoa anunció ayer que ha llegado a un "principio de acuerdo" con los bancos acreedores, los bonistas y un grupo de fondos para reestructurar la deuda del grupo andaluz y evitar el concurso de acreedores. Las acciones de la firma andaluza llegan a subir hasta un 20%.
Finalmente, según trasladó ayer durante la junta de accionistas el presidente Antonio Fornieles, las necesidades de la compañía alcanzarán 1.200 millones de euros, frente al rango del plan inicial, presentado en marzo, de 1.500-1.800 millones.
La nueva liquidez, a falta de cerrar la cifra definitiva, ascenderá a 540 millones, según las fuentes consultadas. Correrá a cargo de un grupo de inversores entre los que figuran algunos de los fondos que se comprometieron en marzo y que son bonistas del grupo, como D. E. Shaw Group, Elliott Management y Värde. A ellos se han sumado cuatro hedge funds que no eran acreedores: Abrams Capital, The Baupost Group, Canyon Partners y Oaktree. Del listado del plan inicial, se han caído Attestor Capital, Centerbridge, KKR Credit, Oak Hill Advisors y Värde.
A esto hay que sumarle 515 millones de los créditos ya inyectados que habrá que refinanciar o quitar y las comisiones e intereses correspondientes que dan los alrededor de 1.200 millones. Los bonistas habían prestado ya 137 millones en abril, mientras que el fondo TCI concedió 140 millones en octubre. Los principales bancos acreedores, por su parte, entregaron un crédito de 125 millones en septiembre y otro más de 106 millones en diciembre. Dentro de este grupo, el comité de coordinación finalmente se integra por Santander, Caixabank, Popular, Bankia y Crédit Agricole, después de que Sabadell saliera en marzo del entonces denominado G-7 y HSBC haya hecho lo propio con posterioridad, para limitarlo al G-5. A todo ese dinero ello hay que sumar los nuevos avales que serán de 250 millones.
Fornieles explicó a los accionistas que la modificación del plan, que ha llevado a la rebaja de las necesidades de financiación y a la actualización de la fecha previsible de reactivación de las operaciones, responden a las dificultades que ha tenido en algunos proyectos. En este sentido, el consejero delegado Joaquín Fernández de Piérola explicó que se ha reducido el perímetro con la venta de San Antonio Water y Ashalim, entre otros, la discontinuación de filiales no estratégicas, la optimización de las necesidades de caja en determinados contratos y la adaptación de la cartera concesional.
Abengoa prevé cristalizar el acuerdo en unas semanas para, a partir de entonces, conseguir el respaldo de al menos el 75% de los acreedores, convocar la junta extraordinaria y entregar el convenio al juez para, así, salir del preconcurso.
En la junta, Abengoa aprobó cambios en el consejo de administración, entre los que figura la salida de Javier Benjumea tras la petición expresa realizada por Inversión Corporativa, la sociedad familiar que gestiona el patrimonio de las familias sevillanas fundadores de la ingeniería. Además se decidió ratificar como consejeros a Joaquín Fernández de Piérola, con carácter ejecutivo, así como a Ricardo Martínez Rico y Alicia Velarde como independientes y a la sociedad Inayaba -representada por Aba Abaurrea- como consejera dominical. La compañía decidió no sustituir a Javier Benjumea y rebajar hasta los diez sillones la nueva composición del consejo.